La tecnología nuclear nos acerca al Apocalipsis: Japón admite que la situación es «alarmante» mientras se produce otra explosión en Fukushima
Japón se despierta tres días después de que la Tierra temblara y de que una ola gigante inundara pueblos y carreteras, bajo la amenza nuclear – que el gobierno considera “alarmante”-, pendiente de su economía y con el objetivo de hacer frente a la tragedia, a pesar de las imágenes dantescas que ofrece la luz del día.
El temor a un desastre nuclear se ha puesto de nuevo de manifiesto con una nueva explosión en la central nuclear de Fukushima I, exactamente en el recipiente secundario de contención del reactor 3 y debido posiblemente a la acumulación de hidrógeno, que ha provocado heridas a once personas. La estructura continúa recibiendo inyecciones de agua salada para enfriarlo y evitar que se funda el núcleo.
En una comparecencia de prensa ofrecida tras la explosión, el jefe de Gabinete, Yukio Edano, ha asegurado que no hay daños en los contenedores del reactor y que el núcleo del mismo permanece “intacto”, por lo que ha descartado una eventual fuga masiva de radiación. Así se lo ha comunicado el Gobierno de Japón a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA): “El edificio del reactor explotó, pero el contenedor primario no ha resultado dañado. La habitación de control de la unidad tres continúa operativa”. Otra buena noticia la ha dado la empresa Tokyo Electric Power (TEPCO), que ha asegurado hoy que la situación de emergencia ha finalizado en los reactores 1 y 2 de dicha central.
Por su parte, la Agencia de Seguridad Nuclear ha instado a permanecer en el interior de los edificios a las personas que viven a menos de 20 kilómetros de la central. Se calcula que unos 600 vecinos están a la espera de ser evacuados. En este contexto, las autoridades locales han ordenado a la población que permanezca en el interior de los edificios.
Objetivo: enfríar los reactores
El nivel de radiación en la central volvió a superar esta mañana el límite legal, según ha anunciado a primera hora de la madrugada la operadora, Tokyo Electric Power (TEPCO). La radiación en los alrededores de la planta llegó hasta los 751 microsievert, por encima de los 500 recomendados. Esa cifra es menor que el máximo de 1.577 microsievert registrado ayer en Fukushima pero alta para el ser humano, que habitualmente se ve expuesto a 1.000 microsievert durante un año entero.
Desde el seísmo y posterior tsunami, se trabaja a contrarreloj para atajar el sobrecalentamiento de los reactores al fallar el sistema de refrigeración, en medio del temor a que se produzca una fusión del núcleo. La situación es confusa desde que el sábado ocurrió una explosión en la planta 1 de Fukushima y, más ahora, con una segunda explosión.
Las tareas de refrigerado en el reactor número dos de la central nuclear de Fukushima-1 para evitar nuevas fugas radiactivas han quedado suspendidas este lunes debido a la falta de agua, según informa la agencia de noticias nipona Jiji. A lo largo de todo el domingo, los equipos de emergencia han estado inyectando agua de mar en los reactores dos y tres de la planta con el objetivo de enfriarlos y evitar así que se produjera una fusión nuclear como la ocurrida en el número uno tras la explosión del pasado sábado.
Todas las plantas nucleares en las zonas afectadas -11 del total de 51 repartidas por todo el país- están paradas desde el viernes. Además de Fukushima, también hay problemas en los sistemas de refrigeración de las centrales atómicas situadas en las provincias de Onagawa y Tokai, ésta última a solo 120 kilómetros de distancia de la capital.
Más réplicas del seísmo
Una nueva réplica de 6,3 grados ha hecho temblar hoy la zona nororiental de Japón, ha informado la Agencia Meteorológica nipona. El temblor tuvo lugar a las 15.13 hora local (06.13 GMT) con epicentro en el Océano Pacífico, frente a las costas de las provincias de Miyagi e Iwate y a unos 10 kilómetros de profundidad, según la agencia meteorológica. La zona nororiental de Japón ha sufrido casi 300 réplicas del devastador seísmo del viernes y el posterior tsunami, que han causado al menos 1.833 muertos, aunque se teme que la cifra se eleve.
Este era el último balance oficial proporcionado por la Agencia de la Policía Nacional japonesa, que eleva a 2.369 los desaparecidos, un dato correspondiente a las 12.00 horas de este lunes (4.00, hora peninsular española), informa la agencia de noticias japonesa Jiji. Además, el organismo policial informa de que aún no se ha logrado establecer contacto con unos 9.500 vecinos de la localidad Minamisanriku, una de las más afectadas por el brutal seísmo del pasado viernes. En total vivían unas 17.000 personas en la población, que ha quedado totalmente devastada.
Aunque la cifra oficial de fallecidos por el momento apenas supera los 1.600, el jefe de la Policía en la prefectura de Miyagi, Naoto Takeuchi, dijo el domingo que “no cabe duda” de que hay más de 10.000 fallecidos. Precisamente hoy han sido encontrados unos 2.000 cadáveres en la costa oriental de Miyagi (noreste), con lo que la cifra de muertos ya se duplicaría.
La Agencia Meteorológica del país ha advertido a la población nipona de una semana de réplicas y de un 70% de posibilidades de que hasta este miércoles se registre un terremoto de 7 grados en Japón. El director de la Agencia, Takashi Yokota, indicó ayer que, después del miércoles, ese riesgo se reducirá al 50% en un área de 500 kilómetros de largo y 200 de ancho frente a las costas de las provincias de Ibaraki y Miyagi.