Al menos doce aficionados iraquíes del Real Madrid resultaron muertos en el ataque a la peña que el club blanco tiene en la localidad de Baakouba, situada a unos 60 kilómetros al norte de Bagdad y en las proximidades de Balad, localidad en la que resultaron muertas otras 16 personas (doce de ellas seguidoras del club blanco) y 20 más resultaron heridas en otro ataque terrorista perpetrado el pasado 13 de mayo.

Según explicó el presidente de la peña del club en Baakouba, Ziad Abidani, cuatro terroristas irrumpieron en el local cuando la final de la Champions había llegado a su fin y los jugadores del Madrid y del Atlético se disponían a iniciar la tanda de penaltis. Los asaltantes abrieron fuego contra los aficionados. El primer balance habla de doce muertos y ocho heridos, que fueron trasladados a hospitales de la zona.

Los asaltantes consiguieron escapar y hasta el momento no se ha producido ninguna detención. Las autoridades iraquíes atribuyen este ataque al Estado Islámico, al que también se responsabiliza de los asesinatos en Balad este mismo mes.

Entonces, el Real Madrid emitió una nota de condena del asalto y se guardó un minuto de silencio antes del Deportivo-Real Madrid jugado en Riazor el pasado 14 de mayo.

Segundo atentado en apenas dos semanas

Los 16 iraquíes fallecidos en el ataque terrorista del 13 de mayo.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, dedicaba a los aficionados irakíes del Real Madrid asesinados hace unas semanas por ser hinchas del club blanco la Copa de Europa que acababan de levantar sus jugadores en San Siro.

El pasado 13 de mayo un ataque terrorista contra la sede de la peña madridista en la ciudad iraquí de Balad, situada a unos 80 kilómetros al norte de Bagdad, dejaba 16 muertos y 20 heridos, algunos de ellos en estado muy grave. El pecado que habían cometido no era otro que ser aficionados al fútbol, en este caso, al Real Madrid.

El presidente de la peña, Ziad Subhan describió a medios españoles la tragedia y relató cómo “un grupo de terroristas de Estado Islámico entraron en la sede empuñando varios fusiles de asalto AK-47 y dispararon al azar contra todos los que estaban allí”.

Pues bien, apenas dos semanas después de aquel terrible atentado, el local de la Peña madridista de Balad ha sido reacondicionado, y los aficionados blancos de la ciudad se reunieron de nuevo este sábado para animar al club de sus amores en la gran final de Milán frente al Atlético de Madrid.

Tal y como recoge AFP, uno de estos aficionados que se reunieron este sábado en Balad para ver el encuentro pudo disfrutar del partido sentado en uno de lo sillones que aún estaban agujereados por los disparos del atentado de hace quince días. En declaraciones a al agencia francesa, uno de estos aficionados dejaba claro que “esta noche, para nosotros, esto es más que un partido de fútbol, es un desafío a Daesh”.

El Real Madrid jugó sus últimos partidos de liga con un brazalete negro en señal de luto por el atentado. Un detalle que hizo especial ilusión en Balad: “La reacción del club nos llegó al alma”, asegura otro de los aficionados”. Alguno de los madridistas que acudieron al local atacado a ver la final habían perdido en ese mismo lugar a sus hijos o hermanos en el atentado. Aunque dudaron en ir a la final decidieron “pasar la velada aquí para demostrar nuestra fuerza”.

El Estado Islámico reivindicó el ataque contra el café Al Furat. Esta matanza suscitó una ola de simpatía entre los amantes del fútbol, incluyendo en el Real Madrid.