Tsunami multicultural
Miguel Ángel Loma.- No se comprende el alarmismo generado entre algunos comentaristas políticos ante las alegres revueltas populares que se están produciendo en los países musulmanes de la otra orilla del Mediterráneo. Hay que ser muy catastrofista y malasangre para pensar que estas alegres eclosiones de libertad desembocarán en otra cosa que no sea un inmenso estallido de paz y en sólidas democracias donde se respeten los derechos fundamentales de todos y todas. Basta comprobar los precedentes en países de similar ámbito, para desechar cualquier temor…
Y mientras eso sucede acullá, aquí en España se cierra una capilla en la universidad de Barcelona porque un grupete de niñatos asusta al rector; se persiguen en los centros públicos los símbolos de la religión a la que dicen pertenecer el 74,3% de los españoles, obligando a una profesora a quitar el crucifijo de su despacho; se duda sobre la inconveniencia de prohibir el burka porque se trata de una prenda cultural de liberación femenina que resulta muy práctica para no tener que acicalarse; el Gobierno ZP rechaza condenar la escalada creciente de discriminaciones, persecuciones y asesinatos contra cristianos en algunos países musulmanes, etc., etc., etc.
Pasito a paso vamos habilitando un cómodo y gozoso espacio de encuentro para recibir el gran tsunami de multiculturalidad que se está gestando allende el Mediterráneo y que tiene en Al Andalus uno de sus objetivos prioritarios.
Cuánta razón tenía el presidente de la Junta de Andalucía, don Pepe Griñán, cuando apostaba por introducir el conocimiento del árabe en las escuelas como segunda lengua extranjera. Es algo que en el futuro nos va a resultar fundamental, muy fundamental, fundamentalísimo.