Después de la gesta de la selección española de fútbol tras el Mundial de 2010, se llegó a la conclusión de que lo que la política rompe, sólo es capaz de unirlo un fenómeno social extendido universalmente y al que llamamos fútbol. Tanto es así, que hasta en las calles de las provincias vascas y catalanas la gente celebró la victoria de nuestra selección nacional visiblemente eufórica y feliz. Los sentimientos de españolidad contagiados por los líderes del balompié a nivel mundial, hicieron que una sociedad silente ante los crímenes de ETA y el separatismo más radical, saliese a la calle enarbolando la bandera nacional de España al grito de ¡España! ¡España! ¡España!

Hecho este preámbulo, quiero traer a colación lo sucedido ahora en plena campaña electoral al Parlamento Europeo. Esta campaña que se ha convertido en un claro intento de blindaje del llamado “bipartidismo” por parte de los dos grupos políticos mayoritarios, coincide casualmente con la culminación de la Liga de Fútbol Profesional 2013/14. Pues bien; curiosamente también en esta ocasión el fútbol ha sido protagonista, y ha sido protagonista porque un equipo modesto pero grande donde los haya, con una afición mayoritariamente de clase media, fiel y entregada a su club, ha conseguido plantar cara y vencer a los gigantes del balompié español, o sea, al temido “BIPARTIDISMO” liguero. El Atlético de Madrid llamado también equipo “colchonero”, y con un presupuesto muy lejos de los manejados por los dos grandes, ha sido capaz de parar los pies a estos gigantes del fútbol mundial. Pero es que además, ha llegado a la final de la Liga de Campeones (champions), teniéndose que enfrentar el próximo día 24 –día de reflexión de las elecciones europeas-, a su más eterno rival, el Real Madrid, C.F.

Por todo ello, quiero que estas humildes líneas sirvan de una triple felicitación y enhorabuena al club del Manzanares:

¡Enhorabuena! A su presidente señor Cerezo por la brillante gestión llevada a cabo con esta entidad deportiva.

¡Enhorabuena! A su técnico Simeone, quien ha demostrado lo que se puede conseguir con empeño, trabajo y sacrificio. “El cholo”, exigiéndoles a sus jugadores un rendimiento del 1000%, ha puesto de manifiesto que el esfuerzo, por encima del presupuesto, tiene su justa recompensa.

¡Enhorabuena! A la gran familia colchonera repartida por toda nuestra geografía, por el éxito del equipo de forma noble y justa; una afición sufridora, fiel, y entregada jornada tras jornada a jalear y animar a los jugadores. Felicitación especial y personal a don Armando Robles y toda la familia colchonera de AD.

Y por último, permítanme dedicar esta gran gesta atlética a don Luis Aragonés “el sabio de Hortaleza” (DEP); uno de los más grandes del fútbol español de todos los tiempos y atlético de primera fila. Sirva este homenaje como un acto de desagravio; acto de desagravio por lo que aconteció tras su muerte en algunos estadios de fútbol, dónde los separatistas antiespañoles se negaron a guardar un respetuoso minuto de silencio y, los jugadores vascos, se negaron a colocarse el brazalete negro en señal de duelo tras el fallecimiento del que fuera el verdadero artífice de esa selección nacional que conquistó el Mundial de 2010.

Que esta lección impartida por el “Atleti”, venciendo en la competición liguera al “bipartidismo” millonario y poderoso, nos estimule a todos los españoles para combatir también el “bipartidismo” político; un bipartidismo que habiendo gobernado por separado con el apoyo de los nacionalistas durante más de treinta años, buscan ahora la manera de perpetuarse en el poder al precio que sea.