El asedio de las pensiones
José Rivero.- La reciente reforma de las Pensiones Públicas, ha sido vista y leída por cierta prensa independiente como un terceto agazapado o como una trilogía oculta. Así, el resultado final de la debatida reforma de las Pensiones Públicas, por más desmentidos que se ensayen y se produzcan sobre la entereza de la misma, “supone retrasar la edad de jubilación, endurecer el acceso a la prestación máxima y recortar la renta media de los futuros jubilados”. Es decir, y en un breve enunciado, ‘Retrasar, Endurecer y Recortar’, en un mandato imperativo que demandan los Mercados y, no tanto, en una revisión exigida por la evolución del propio sistema de Pensiones Públicas. Recortes sociales que algunos no entienden, cuando se formulan desde posiciones que proclamaban que sus principios eran otros y diversos. Pero no.
‘Retrasar, Endurecer y Recortar’ como un nuevo ‘Mane, Thecel, Phares’. Que ya se sabe lo que comporta y relata, desde el conocimiento del bíblico Libro de Daniel: ‘Numerado, Pesado, Dividido’. Pues eso, tanto un ‘Retrasar, Endurecer y Recortar’ resultante, como otro nuevo ‘Mane, Thecel, Phares’.
‘Mane, Thecel, Phares’. O sea, Dios ha numerado tu Reino y le ha puesto término. Has sido pesado en la balanza y has sido hallado falto. Y, finalmente, dividido ha sido tu Reino. Si consideramos que el ‘Mane, Thecel, Phares’ nace pintado en la pared del reino de Baltasar, mientras festeja y se agasaja, mientras dilapida y derrocha y esta siendo sometido a presión y conquista por parte de Ciro. Podremos advertir que esa ciudadela sitiada y acosada, pero aún viviendo sus moradores despreocupadamente y en alborozo, se asemeja a un Estado del Bienestar, que vivía en la euforia más embriagadora y que se justificaba desde el optimismo antropológico de sus dirigentes y generales y desde una bonanza económica propiciada por vientos de favor muy extraños y alabados. Dirigentes y generales que, hace tan solo dos años y medio (16 de junio de 2008) hablaban de la fortaleza de las murallas y de la firmeza de sus bastiones, capaces de resistir cualquier asalto. Hablaban de la solidez del Sistema de Pensiones Públicas.
Finalmente las previsiones visionarias y los barruntos y las barakas, sobre la ciudadela y sus recintos fortificados, no han resistido el embate del sitiador, y todo el sistema (fortificado, almenado y pensionado) ha sucumbido a la caballería de los Mercados y a la infantería de los Organismos financieros internacionales. Por lo que tanto el ‘Retrasar, Endurecer y Recortar’, como el ‘Mane, Thecel, Phares’, no dejan de entonar otra trilogía como la del ‘Vini, vidi, vinci’ que jalean los Mercados más combativos contra el Estado del Bienestar y los Organismos financieros internacionales, más beligerantes contra los logros de lo social. Un ‘Vini, vidi, vinci’ que prolonga los ecos de la segunda ley de la Termodinámica. En un entropía social y política, donde el desorden consiguiente de las mismas no deja de aumentar.
* José Rivero es arquitecto y escritor. Vive en Castilla La Mancha.