La selección española de balonmano se ha impuesto este domingo a la anfitriona Suecia en la final de consolación y se ha adjudicado la medalla de bronce en el Mundial que se está disputando en el país nórdico.

A la tercera fue la vencida. España, que había perdido los dos encuentros que había disputado por el tercer puesto, ante Serbia en Egipto (1999) y ante Francia en Portugal (2003), se sobrepuso a la presión del Malmoe Arena, repleto de aficionados suecos, y se alzó con el bronce.

La medalla de bronce, segundo metal mundialista de España tras el oro de Túnez 2005, supo a victoria y puso un fenomenal broche a un campeonato en el que ya se había logrado el objetivo fundamental que era clasificarse para el preolímpico.

La defensa 5-1 planteada por Valero Rivera, una de las armas más importantes del conjunto español en todo el campeonato, volvió a ser fundamental, junto a la excelente labor de Arpad Sterbik, que fue el mejor hombre del encuentro y tiró del carro en los momentos de mayor dificultad.

En la primera parte las defensas de ambos equipos realizaron un gran trabajo y posibilitaron numerosas opciones de contraataque pero los porteros de ambos conjuntos, Sjostrand, guardameta del Barcelona Borges por parte local, y el gran Arpad Sterbik en el lado español.

Valero Rivera volvió a demostrar que la selección española tiene uno de los mejores banquillos del campeonato, y realizó numerosas rotaciones como la entrada en el equipo titular de Raúl Entrerríos, Iker Romero o Albert Rocas.
El encuentro se mantuvo igualado hasta el descanso. En Suecia la gran estrella, Dalibor Doder, terminó desquiciada ante la intensidad de la defensa española y fue Kallman el que mantuvo al anfitrión en ataque.

La mano de Valero Rivera se notó en la última jugada de la primera parte, cuando se pidió un tiempo muerto a falta de 12 segundos para la conclusión con balón para España, que perdía 11-10.

Una gran combinación de izquierda a derecha del equipo español terminó con Albert Rocas libre desde el extremo derecho del ataque, que encaró a Sjostrand pero cuando parecía que iba a lanzar cedió el balón al otro lado donde entraba libre de marca Iker Romero, que anotó con suavidad cuando sonaba la bocina en el Malmoe Arena.

Tras la reanudación, Suecia saltó con mayor intensidad y, apoyado por su afición, logró un parcial de 5-2 que llenó de dudas al equipo español, que no lograba lanzamientos fáciles.

En este primer tramo de la segunda mitad, la figura de Arpad Sterbik tuvo mucho que ver en el resultado final, repeliendo cuatro ataques consecutivos de los nórdicos y devolviendo la confianza perdida a los de Valero Rivera.
La reacción no se hizo esperar y España, con un parcial de 6-1, demostró que no había ido a Suecia de vacaciones y que ni mucho menos estaba dispuesta a entregar la cuchara tan pronto.

Desde ese momento la ‘Roja’ no volvió a perder la ventaja en el marcador, con un Sterbik que siguió a un gran nivel y un ataque que volvió a rendir con normalidad, con los hermanos Entrerríos y Gurbindo encontrando lanzamientos claros desde ocho metros.

A falta de 30 segundos para la conclusión, con 23-24 a favor de España, Sterbik paró un lanzamiento de Doder que habría significado el empate. Juanín García se hizo con el balón y tiró de experiencia para exprimir los últimos segundos, forzando dos faltas en las que murió el encuentro.

La victoria hizo justicia con una selección española con la que pocos contaban al inicio del campeonato pero que ha demostrado que hay una gran generación de jugadores con la que aspirar a muchos éxitos en los próximos años, con los JJ.OO de Londres en 2012 y el Mundial de 2013 que organizará España como grandes objetivos.