Miles de personas se han manifestado para conmemorar en Madrid el 82º aniversario de la proclamación de la II República española con gritos en contra de la Corona, que vive uno de sus peores momentos de popularidad por los escándalos de corrupción en el seno de la Familia Real. “El Rey se tiene que ir, sus funciones las puede hacer un jefe de estado elegido por el pueblo. A mí el Rey no me representa”, dijo en la manifestación Isabel, una estudiante de 15 años envuelta en una bandera republicana que no quiso dar su apellido para preservar su anonimato.

La convocatoria, que cubrió de manifestantes el trayecto entre las céntricas plazas de Cibeles y Sol en una cálida mañana, coincide en un momento de fuerte caída de la popularidad del rey Juan Carlos, de 75 años, en una situación que se agravó hace dos semanas con la imputación de su hija menor, la infanta Cristina, en un caso de corrupción en el que está acusado su marido, Iñaki Urdangarín.

La buena imagen del Rey, que se forjó durante la transición del país a la democracia hace casi 40 años, empezó a dañarse el año pasado a raíz de saberse que estaba de cacería en Botsuana mientras el país, con un 26 por ciento de desempleo, parecía estar a punto de pedir un rescate internacional, y se agravó por sus relaciones con mujeres jóvenes. “La monarquía está agotada, se ha acabado vivir de los logros de la Transición, una transición que yo llamo ‘transacción’ porque al Rey nos lo dejó Franco. Llevo viniendo muchos años y nunca hasta ahora había visto tanta gente. La monarquía está cayendo en picado y la Corona ha contribuido a ello”, dijo Andrés Martínez, nacido en 1931, portando una enorme bandera tricolor de la República.

Felipe, el heredero al trono español de 45 años, no se ha visto afectado por ninguno de los escándalos de la familia y su imagen está menos perjudicada. Un sondeo de enero halló que el 45% de los españoles quería que el Rey abdicara en él. Pero la causa republicana dejó claro el domingo que considera que el modelo monárquico está acabado, coreando consignas como “No hay dos sin tres, República otra vez” o “todos al suelo, que viene el Heredero”.

Ante la caída de popularidad que sufre, la Casa Real accedió recientemente a abrir sus asuntos a un mayor escrutinio público y a ser incluida en la nueva Ley de Transparencia que prepara el Gobierno, en un intento por restaurar la confianza de los ciudadanos en medio de una profunda crisis económica. Bajo pancartas que rezaban “Monarquía, garantía de desigualdad” o “Abajo una Alteza, por tantas bajezas”, Evaristo, un parado de 47 años, protestaba por la institución monárquica. “Si la democracia dice que somos todos iguales y hay una familia que tiene privilegios por nacimiento, eso es la negación de la democracia. Es un sistema medieval que no es válido para el siglo XXI”, dijo.