Enrique de Diego, la Iglesia y el Opus Dei
Al morir Franco, el último gran valedor que el Catolicismo en España tuvo, la situación de la Iglesia empezaba a ser crítica. El camaleonismo de decenas de obispos al pasar de defender la Cruzada a conspirar contra el régimen que les liberó de las teas incendiarias durante los años 30; la conversión de cientos de curas al marxismo y los efectos corrosivos del laicismo radical que la propia Iglesia española defendió en 1978 ha dejado a esta institución en el borde del abismo y con los pies colgando.
Pero el problema no es sólo de naturaleza política. El desastre al que está llevando a la Iglesia una casta parasitaria, engreída y funcionarial nacida en el II Concilio Vaticano es esencialmente moral. Los nombres de los responsables del hundimiento de la Iglesia en España deberían ser conocidos por todos los católicos. Desde el felón de Tarancón al político de Rouco Varela, la Iglesia española en estos últimos 40 años no ha hecho sino hacer seguidismo de las actuaciones políticas que más convenía a sus intereses económicos, descartando sevir de muralla de contención contra las procelosas aguas de un sistema que ha terminado por anegarlo todo. Del inmenso caudal de esperanzas depositado por millones de españoles en la Iglesia que elevó su voz contra los desmanes de la II república, hoy apenas queda rastro.
Todos estos años, la Iglesia se ha distanciado de su grey y de sus genuinos intereses, en colisión con los de la casta política, para defender otras causas que la alejaron cada día más de sus objetivos espirituales. Hemos visto todos cómo durante estos años de aciaga aventura partitocrática, la Iglesia ha convertido ese inmenso caudal de esperanzas y rebeldía que el Cristianismo lleva grabado en su ADN en el culto al dinero; en la destrucción de cualquier ideal trascendente; en errores estratégicos tremendamente dañinos para su supervivencia, como el apoyo al relativismo cultural; en su actitud silente ante la mayor concentración de renta y riqueza de la historia de España en manos de unos pocos amigos del poder; en el ‘aggiorgamento’ de sus pastores y, lo que es incluso peor, en apoyos tan incomprensibles a partidos e instituciones que han colaborado en la destrucción del tejido moral de la entera sociedad española.
Muchos políticos corruptos de la llamada derecha liberal española, muchas grandes empresas y muchas grandes fortunas encontraron siempre en la Iglesia un formidable aliado para enriquecerse como jamás habían soñado. La Iglesia les entregaría el voto de sus feligreses a cambio de quedar exenta del pago de la mayoría de los impuestos y de la obtención de onerosas ayudas públicas. Se ha dado el caso incalificable de que la emisora propiedad de la Conferencia Episcopal vetara la inserción de anuncios publicitarios provenientes del único partido católico español digno de esa consideración con tal de no lesionar los intereses electorales del PP.
Nunca se ha visto un empeño más suicida y grotesco que el empleado por la cúpula católica en España para desfenestrar la fe que iluminaba a millones de creyentes hasta hace poco. Y por si fuera poco, ahora también el Opus Dei. Si de alguna manera se comprende bien a las claras la razón que asiste a millones de musulmanes para saberse inminentes dueños de Europa, es al contemplar la catadura moral de los dirigentes españoles del Opus.
Ha bastado que el ilustre escritor y periodista Enrique de Diego haya revelado parte de las refleciones morales y espirituales de José María Escrivá de Balaguer, extramuros de las conocidas hasta ahora, para que se pretenda poner en marcha la implacable maquinaria de la censura. Uno en su ignorancia pensaba que las reflexiones y prédicas morales de los padres de la Iglesia eran patrimonio de todos los católicos y que poner tasa a las advertencias espirituales de cualquiera de ellos sería tan inverosímil como si el Estado de Israel reclamase derechos de autor por el sermón de la montaña.
Una institución con tan espurios propósitos, con tan reprobables intereses que no permiten el fin del negocio de San Josémaría Escrivá de Balaguer, no es decorosamente compatible con la capitanía moral de nada. Escrivá de Balaguer no aleccionaba para que el fruto de esas lecciones morales -y por lo tanto, universales- fuesen coto exclusivo de un puñadito de incondicionales, no a su obra, sino al rédito que siguen obteniendo por la explotación de su figura pública.
Escrivá de Balaguer nos alertaba en 1975 de algunas de las pandemias que por desgracia ya padecemos. El texto rescatado por Enrique de Diego, para conocimiento y solaz espiritual de los católicos que aún hayan sobrevivido a esta espiral de despropósitos, nos plantea la necesidad de una renovación de la Iglesia, desde la fidelidad al mensaje cristiano y sin confundir los fines de la Iglesia -que atienden a la salvación de las almas- con los del Estado.
¿Por qué se intenta ocultar esta parte fundamental de la obra de Escrivá de Balaguer, no exenta de preocupación ante los riesgos que fueron anunciados con sorprendente capacidad premonitoria en una época en la que España contaba aún con suficientes pertrechos morales para hacer frente a lo que vino después?
Tal vez el problema radique en que los del Opus comienzan a sentirse más satisfechos entre las ruinas del Estado moral de desecho en el que vive la sociedad española que en las del santuario de Barbastro. Lo de dar al César lo que pertenece a Dios sigue calando fuerte dos mil años después.
El Opus está gobernado en España desde 2002 por el nieto de Prat de la Riba, primer ideólogo de la destrucción de España, separatista catalán. Parece cosa de familia, pues su hermano Prat de la Riba es vicepresidente del Banco Popular, en representación del accionariado que controla el Opus.
No sé si será casualidad que Escriba catalanizara su apellido, convirtiéndose en Escrivá de Balaguer. Catalanización de apellidos que ahora imponen los separatistas catalanes con la ayuda de los gobiernos de Madrid.
Don Armando, me gustan sus artículos por su nitidez. Sin embargo, le agradecería contestación a la actuación de Opus Dei que ha debido descubrir el Sr. de Diego. De verdad ¿qué ha pasado con Opus Dei? ¿cuáles son los ministros miembros de Opus Dei? Muchas gracias
Nota del moderador: Los ministros del Opus son dos: Jorge Fernández Díaz (Interior) y Arias Cañete (Agricultura).
No conozco al ministro de Interior y si usted dice que es de Opus Dei, lo será. Sin embargo, puede usted borrar de la lista al ministro Arias Cañete porque estoy seguro que no lo es. Puedo decir más, si lo fuera estaría obligado a actuar con justicia en todos los órdenes como corresponde a un buen católico. Precisamente desconozco si este ministro lo está haciendo bien, regular o mal. Por lo que conozco, este ministro es una gran persona y extraordinario competente en cualquier materia.
Parece que este artículo lo hubiera escrito el mismísimo Santiago Carrillo. ¡Qué decepción, rezaré por usted!
Realmente no se lo que ha descubierto el periodista sr. de Diego ¿qué ha pasado? ¿en qué medida afecta a la Iglesia? De verdad, dudo muchísimo un fallo humano de algún Numerarioen lo que a la Prelatura se refiere. Ruego contestación. Gracias
Bien por el autor, por fin empiezan a poner el dedo exactamente en la llaga, es decir, el falso concilio Vaticano II, que ayudó a revertir la Cruzada Nacional, y convirtió a la antaño gloriosa Iglesia Católica en España en una iglesia cismática y herética que ha ido socavando la fe y las convicciones morales y patrióticas del pueblo español con una eficacia que ningún frente popular se hubiera atrevido a soñar jamás. En esa labor de traición, el Opus fue un puntal esencial, y lo sigue siendo, junto con fenómenos aún más virulentos, como la secta kika. Como para… Leer más »
TEA TEPHI. Vayamos por parte ¿falso el II Concilio Vaticano? ¡por favor! no se puede escribir en falso porque hay millones de católicos con muchísima FE pero los hay que no son doctos y sus afirmaciones pueden herir. ¿Revertir la Cruzada Nacional? ¿Iglesia cismática y herética? No se explica usted bien. Extiéndase, por favor. Usted dice que Opus Dei traiciona, emplea “traición” y “puntal esencial” pero mete en su gramática “secta kika”. No, no puedo consentirle estas barbaridades. Debe usted saber que los católicos somos cristianos y todos tenemos que apoyarnos. Le ruego rectifique porque la Prelatura de Opus Dei… Leer más »
Armando tu artículo acertado, preciso y contundente es de agradecer. La primera premisa del cristiano es servir de ejemplo en su vida diaria, en el trabajo, en la familia, en todo ámbito. Y desde luego ese ejemplo de ser cristiano lleva aparejada la marginalidad, la entrega como cordero al sacrificio, ser señalado por sus creencias, martir si es preciso y no renunciar jamás a la trascendencia de la salvación de su alma y de cuantas almas pueda a lo largo de su vida. Si la Iglesia y el Opus Dei han olvidado su labor, que los cristanos de a pie,… Leer más »
Por favor, Sra. Klecker, la Iglesia no puede olvidar su labor. Opus Dei forma parte de la Iglesia, por tanto, tampoco olvida nada porque se rige por la Iglesia.Es una verguenza que maten a las personas y precisamente le doy la razón que no puede ser que dejemos matar también a los cristianos en paises musulmantes. Sepamos que la Iglesia no tiene ejército. esta labor corresponde a los Estados ¿Puede decirme quiénes son los tres ministros miembros de Opus Dei? Gracias. Lo que hace falta es que católicos pertenezcan a gobiernos de todo nivel para hacer el bien. Estoy con… Leer más »