Era un secreto a voces, pues no es la primera vez que ocurre en Castilla y León. El envite independentista del presidente catalán, Artur Mas, ha vuelto a provocar un incremento de la demanda de muchos otros rincones de España de vinos espumosos elaborados en Castilla y León. Las cerca de treinta bodegas que fabrican esta bebida prevén comercializar 560.000 botellas. En el fondo se esconde un boicot particular de familias y consumidores del resto del país hacia productos catalanes, principalmente el cava en Navidad.

Los bodegueros que elaboran vino espumoso en Castilla y León se encuentran al quite de la situación y todos coinciden en que Artur Mas hace la mejor publicidad para los caldos de esta tierra, que ya han recibido solicitudes de demanda para las mesas navideñas.
Por ello, las perspectivas son esperanzadoras en Castilla y León, pese a que la producción es menor que hace seis años, cuando se alcanzaron las 850.000 botellas. Por zonas geográficas, la denominación de origen Rueda es la mayor productora, particularmente Palacio de Bornos que comercializa Bodega de Sarriá, que alcanza las 150.000 botellas con sus cuatro tipos de espumoso y que fueron los primeros en elaborar este ‘cava’ en Castilla y León.

La mayoría de las ventas se dirigen a Galicia, País Vasco, Navarra y Andalucía, a lo que se han añadido otras zonas de España debido «a la reticencia del consumidor para adquirir el cava catalán».

El Grupo Yllera comercializará poco más de las habituales 50.000 botellas de su ‘Cantosán’, lo que dista mucho de las 12.000 que sacaron en 1990, cuando comenzó esta aventura del espumoso.

La misma cantidad comercializa la Cooperativa Agrícola Castellana, con su ‘Cuatro Rayas’, que planteará una estrategia diferente para esta campaña navideña por la repercusión del anhelo de Mas, con grandes expectativas.

El resto de las bodegas se preparan ante un incremento en la demanda, con excepción de Bodegas Castelo de Medina, que en 2009 comercializó 15.000 botellas pero que no ha salido al mercado en los dos últimos años y tampoco éste al «no cumplir los baremos de calidad que la bodega se exige».

Bierzo y Toro

Varias son las bodegas que elaboran espumoso en el Bierzo, aunque una sobresale. Prada a Tope (Canedo), con su Xamprada, comercializa unas 25.000 botellas anuales (80.000 en 2006), cantidad que ha crecido mucho desde su inicio en 1992. Este año hacen dos tipos de espumoso y el 90% se vende en España.

Viñas del Bierzo, con su Ardayel, lanza unas 6.000 botellas. Gran parte de la producción lo comercializan en Cataluña, donde tienen un buen cliente, y en Ibiza.

En Toro, Fariña elabora desde 2005 en torno a 6.000 botellas, la misma cantidad que Liberalia Enológica. Su propietario, Juan Antonio Fernández, explica que la situación ha cambiado mucho desde 2006 y cree que las palabras de Artur Mas beneficiarán a la empresa, dado que el 80 por ciento se queda en España.

Los otros espumosos

Dentro de las bodegas que producen como Vinos de la Tierra de Castilla y León destaca las 50.000 botellas de la empresa Hijos de Antonio Barceló, con sede en Laguna de Duero, en su primer año de lanzamiento de la marca Ponte Vecchio.

Mucho menos hace Bodegas Otero, de Benavente, con 4.000, que lo exporta todo a Japón gracias a un intermediario con gran demanda bajo la marca Impacto.

Por último, Carlos Díez Andrés, propietario de la bodega de su nombre, ubicada en plena Tierra de Campos, comenzó a finales de los 80 de forma experimental y ahora produce 4.000 botellas.