Enrique de Diego.- En su celebrado libro “La riqueza de las naciones”, Adam Smith establece el paradigma del carnicero, según el cual éste nos atiende, nos sonríe y procura ofrecernos la mejor relación calidad-precio no porque sea especialmente simpático, sino por su interés personal: Nos quiere vender su producto.

Artur Mas, en su demencial “La miseria de Cataluña”, ha establecido el paradigma del carnicero separatista: nos ofende y nos insulta y encima quiere que compremos sus productos. Esto es absurdo y por eso, por dignidad, es fundamental que arruinemos a los carniceros separatistas.

La economía catalana forma parte de la economía española, es interdependiente del resto, de forma que el 60% de los productos catalanes se venden en el resto de España. Cataluña es exportadora hacia el resto de España.

Lo lógico y lo sensato sería tener las mejores relaciones hacia su mercado preferente. Pero eso a los políticos separatistas les importa una higa. Ellos son los enemigos de Cataluña. Artur Mas es el enemigo número uno de Cataluña, de la Cataluña real. Es el carnicero separatista por excelencia.

Los separatistas llevan cuarenta años insultándonos. Los separatistas vascos incluso llevan cuarenta años matando patriotas españoles, a los mejores. Los separatistas catalanes llaman escoria a una niña por el mero hecho de vestir una camiseta de la selección española. Los separatistas catalanes queman la bandera española y silban al himno. Los separatistas catalanes impiden que se pueda estudiar en español en la escuela. Pero luego nos dicen que sólo se trata de que puedan decidir y que nos quieren mucho. Pero eso es mentira. No hacen más que insultarnos y eso es una muy mala práctica comercial. Nunca se compra a quien te insulta.

La Caixa y el Banco de Sabadell tienen el 70% de su negocio en el resto de España. Es el carnicero separatista Artur Mas el que quiere hundir la economía catalana.

Los separatistas dicen que diversificarán mercados, que no hay problema, pero hay mucho problema. Estamos en una situación de crisis mundial y nadie abandona un mercado preferente mediante el insulto a los clientes. Eso es lo que hacen Artur Mas y los separatistas catalanes.

Los separatistas catalanes quieren, y así lo ponen en sus textos y en sus mapas, invadir Valencia y Baleares. Los españoles de esas entrañables zonas estas amenazados por los agresivos e imperialistas separatistas y, por tanto, han de de ser los más firmes en los boicots.

Hay carniceros separatistas que siguen las consignas del gran carnicero separatista Artus Mas, hay empresarios que se han posicionado a favor del separatismo y que han insultado a sus clientes, que nos han insultado, porque el separatismo es en sí un gran insulto. No nos sonríen, como el carnicero de Adam Smith, sino que nos insultan como el carnicero separatista de Artur Mas.
Hay dos empresarios que se han destacado en ese insulto separatista: Javier Ferrero, de Nutrexpa, y los propietarios de Casa Tarradellas. Regeneración informa a todos los españoles, también a los catalanes, para que no compren a esos carniceros separatistas. Los productos de Casa Tarradellas también se venden bajo la marca blanca Hacendado de Mercadona y esos productos también entran dentro del boicot.

Regeneración ya ha conseguido que todos los productos de Nutrexpa, como Cola Cao o Nocilla, estén en oferta. El carnicero separatista de Nutrexpa se ha visto obligado a hacer costosas campañas de publicidad. No le servirá de nada. No son sonríe, nos insulta. Lo vamos a arruinar. Cuando se lleva razón se consigue mucho, y nosotros llevamos razón.

Si se plantea el referéndum, el boicot será general, sin excepciones y la culpa la tendrá en exclusiva el carnicero separatista Artur Mas y su partido de carniceros separatistas, que además son corruptos al por mayor.

El boicot es autodefensa. El boicot es dignidad. El boicot es patriotismo.