El clamor popular
Honorio Feito.- El clamor popular contiene mensajes inequívocos sobre la crisis que nos asola y las medidas adoptadas por el gobierno que preside el señor don Mariano Rajoy. Sospecha de que estas medidas están tomadas lejos de España, que son impuestas desde fuera. Pero también proclama que, mientras se bombardea la línea de flotación de la sufrida clase media, que es la que soporta el peso de la crisis, la “casta” política queda ajena a cualquier reforma, a cualquier ajuste, lo que crea tal desconfianza que, en algunos sectores, se comienza ya a hablar de insubordinación política. El clamor popular anuncia que las reformas llevadas a cabo por el ejecutivo, lejos de resolver, empeoran la situación.
Cada día se demanda con más empeño un reajuste en las instituciones del Estado; una reforma en el Estado de las Autonomías, cuyo fracaso se viene anunciando desde hace años por más que la “casta política” se aferre a mantener instituciones que son cementerios de elefantes para ellos y sus colegas, mientras el mantenimiento económico de esas instituciones es un lujo para los tiempos que vivimos. Y en la mente de la mayor parte de los españoles, está pendiente, por ejemplo el asunto de las Diputaciones, la eliminación del Senado y la privatización, por ejemplo, de las televisiones públicas autonómicas.
El clamor popular es unánime en proclamar que a esta situación se ha llegado por culpa de los políticos y mandamases, y no por culpa de los funcionarios, así que sería de justicia pedir responsabilidades a quienes nos han empujado a este abismo y a cuantos han aplaudido la torpeza del gobierno socialista presidido por el señor Rodríguez Zapatero. Y también a cuantos, desde su escaño en el Parlamento, no han tenido el coraje, la iniciativa y el compromiso de solidaridad para con los españoles, para derribar a un gobierno inútil, torpe y obtuso, dimitiendo de sus cargos si, por impotentes, no pudieron acabar con aquella gestión.
La razón no es patrimonio de la mayoría, por más que pese a los demócratas, por lo tanto, no creo que el clamor popular tenga la razón, pero sí creo que es sensible a una injusticia lamentable del gobierno del señor Rajoy y, sinceramente, no parece que el ajuste, además de injusto, sea efectivo.