El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante la votación de la Ley de amnistía

La Intervención General del Estado (IGAE) acaba de publicar el cierre consolidado de todos los gastos, acumulado a septiembre 2025, de las Administraciones Públicas, la Central, con la Seguridad Social y sus Organismos Autónomos, las Comunidades y sus casi 1.800 Organismos Autónomos, los Ayuntamientos y las Diputaciones, con sus también más 8.000 Organismos Autónomos.

La suma de todos ellos se ha ido hasta los 537.629 millones de euros, que son 30.131 millones más que en 2024.

Todavía tengo que leer que un medio no financiado con fondos del Gobierno publica en sus páginas económicas que por fin este Ejecutivo va a conseguir que las finanzas españolas den superávit primario a cierre del ejercicio.

El superávit primario lo dan siempre en el tercer trimestre. El año pasado comunicaron un déficit, en los nueve primeros meses del año, con sólo 21.180 millones de déficit y unos intereses de 29.104 millones, con lo cual, a cierre de septiembre, el superávit fue de 7.924 millones y luego cerramos el año con un déficit de 51.267 millones y unos intereses de 38.793 con un déficit primario de 12.474 millones.

Pero lo que se les olvida a muchos medios es que el presidente Sánchez acaba de comunicar que en diciembre va a pagarse la subida del 2,5 % a todos los empleados públicos. Eso suma 4.000 millones más de gasto a contabilizar en el mes de diciembre, a los que hay que añadir 49.000 millones más de gasto de personal que se tienen que contabilizar en el último trimestre. Sólo la partida de personal va a suponer 53.000 millones más de gastos que sumados a los 14.000 millones de la paga extra a pensionistas nos va a llevar el gasto a los 785.000 millones como mínimo, todo ello si no hay ninguna sorpresa en el gasto de defensa que todavía no se haya contabilizado.

En 2024 terminamos el año en 725.000 millones. A cierre de septiembre llevamos 30.000 millones más de gasto que el año pasado, si a esta cifra le sumamos la extra de pensionistas, la extra de empleados públicos y los 4.000 millones de subidas suman 30.000 millones más. A los que hay que sumar los casi 10.500 millones de incremento de intereses contabilizados en octubre de este año.

El Gobierno podrán meterle mucha mano a la cartera de gastos para mentir a Bruselas, pero los gastos que van a tener que contabilizar nunca podrán bajar de los 775.000 millones

Vamos, que se ponga Montero como se pongan, los gastos se van a 785.000 millones y por mucho que quieran los ingresos no pasarán de los 720.000 millones, lo cual significa que se van a calzar una monumental bofetada en diciembre con un déficit, que no sé cómo lo van a tapar, de 65.000 millones. Lo cual hace imposible, a todas luces, que haya un saldo primario positivo, salvo que amañen las cuentas públicas.

Pero para que veamos que las cosas están muy complicadas para poder amañarlas vean como estamos a cierre oficial de septiembre de este año:

El cierre de septiembre siempre es bueno, porque muchos gastos se trasladan a octubre como los intereses de la deuda de la Administración Central, sólo que en octubre, ella sola, lleva 33.500 millones de gasto, 3.000 millones más que todas las administraciones en septiembre.

Por eso las cifras salen menos horrorosas a efectos de déficit y mandan a Bruselas 17.702 millones, 3.478 menos que en 2024.

Lo que no cuentan dentro del relato es que los ingresos están al límite, con una subida de los impuestos de un 8 %, que suman 22.323 millones más, de las cotizaciones sociales de un 6,4 %, que suman 9.983 millones más y de los otros ingresos que generan las Comunidades y los Ayuntamientos y Diputaciones de un 2,6 %, que suman 1.348 millones. Es decir, se han generado 33.609 millones más que en 2024.

Pero los gastos suman, por todos los conceptos, 30.131 millones, que no llevan incluidos, ni los 3.000 millones de salarios que faltan por contabilizar y los 10.500 millones de intereses que se contabilizaron en octubre. Si estos gastos se hubieran contabilizado, resultaría que el déficit sería de 31.200 millones, 10.000 millones más de lo enviado a Bruselas.

Las cifras, solo con estos dos gastos que ya sabemos que existen y que estarán en el último trimestre, hubiesen sumado 551.000 millones, con un incremento del 8,6 % sobre el año pasado y una subida en valor absoluto acumulada de casi 44.000 millones más que en el 2024.

Con partidas como las prestaciones sociales, que suben hasta septiembre un 6,0 % pero a las que les faltan el equivalente a cuatro meses por la paga extra de pensionistas, o en los salarios que suman una subida ficticia del 3 % porque les falta de subida de los salarios de este año, cifra a la que hay que añadir la «extra» en diciembre.

Por eso no paro de repetir que podrán meterle mucha mano a la cartera de gastos para mentir a Bruselas, pero que los gastos que van a tener que contabilizar, nunca podrán bajar de los 775.000 millones, pero que lo suyo debe de ser 785.000 millones como mínimo.