Miguel Arrufat redefine la universidad del futuro con la digitalización y el e-learning como “nuevo ADN universitario”
La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en el panorama educativo no es un desafío pasajero, sino el catalizador de una transformación estructural que impulsa a las universidades a una redefinición profunda.
En este contexto, el profesorado de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) asume un papel protagonista en la consolidación de un nuevo modelo académico. Hoy, la digitalización y el e-learning se convierten en el auténtico “ADN universitario”.
Esta es una visión compartida y promovida por Miguel Arrufat, presidente de UNIR, quien considera que esta evolución es esencial para garantizar la relevancia de la educación superior en el siglo XXI.
La universidad ante un punto de inflexión
El ecosistema universitario se encuentra en un momento histórico. Si bien la adaptación ha sido una constante a lo largo de los siglos, la velocidad y naturaleza de la disrupción tecnológica actual no tienen precedentes.
En este escenario, el profesorado de UNIR emerge como agente clave para conducir una transición que no se limita a la infraestructura o a la metodología. En realidad, lo que hace es redefinir la esencia misma de cómo se produce, preserva y transmite el conocimiento.
Arrufat ha subrayado que la transformación que se está viviendo es “mucho más profunda de lo que ha sido internet en la universidad”. Esta afirmación invita a reflexionar sobre la necesidad de una comunidad docente capaz de integrar la tecnología como un medio para fortalecer la función crítica y formativa de la universidad.
Digitalización y e-learning: infraestructura y cultura pedagógica
En esta nueva era académica, la digitalización se convierte en la infraestructura crítica que permite a las instituciones prosperar.
En paralelo, el e-learning actúa como la columna vertebral pedagógica de esa transformación, que debe ir más allá de la simple entrega de contenidos a distancia. El profesorado trabaja ya en esta integración, utilizando herramientas que potencian la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con su entorno.
Según la visión institucional, el reto es liderar la transformación con una estrategia clara y una implementación realista que evite la parálisis organizativa. La formación docente continua y la actualización tecnológica se sitúan en el centro de este proceso, consolidando una cultura universitaria basada en la innovación y la excelencia académica.
La reinvención necesaria: más allá de los MOOCs
El profesorado ha aprendido de los ciclos previos de innovación educativa, como la era de los MOOCs (Massive Open Online Courses), que algunos vaticinaron como el fin de la universidad tradicional. Pero, la experiencia ha demostrado que el verdadero valor reside en la estructura digital consolidada y en la cultura de trabajo colaborativo que caracterizan a la universidad digital moderna.
“La IA no sustituye la universidad. Sin embargo, sí que la obliga a redefinirse. Va a ser una disrupción mucho más profunda de lo que ha sido internet en la universidad”.
El gran desafío, tanto para el profesorado como para el personal académico, radica en mejorar los métodos de trabajo y en medir el impacto real de las actividades docentes . La digitalización no se concibe solo como una cuestión tecnológica, sino como una exigencia de transparencia, evaluación y rigor en la gestión académica.
El dividendo de la IA: tiempo para el valor académico
Este proceso de mejora continua se apoya en lo que otros ponentes han denominado el “dividendo de la IA”. Esta idea se refiere al ahorro de tiempo que supone liberar al profesorado de tareas administrativas mediante automatización.
No obstante, ese tiempo no se traduce en menos trabajo, sino en más valor: el docente puede centrarse en la instrucción personalizada, la investigación aplicada y la validación crítica del conocimiento. Así, la digitalización se convierte en el vehículo que permite reenfocar los esfuerzos hacia la excelencia académica.
El modelo UNIR: pragmatismo, formación y adopción tecnológica
Frente al impulso de desarrollar tecnología propia, UNIR apuesta por un modelo pragmático, denominado internamente el “Modelo 2”. Este enfoque se basa en la adopción de tecnología existente, garantizando eficiencia y adaptabilidad. La estrategia se centra en capacitar al profesorado y al personal técnico en el uso efectivo de las herramientas, en lugar de dispersar recursos en desarrollos paralelos.
El “Modelo 2” se contrapone al “Modelo 1”, representado por instituciones como Harvard, donde la inversión se orienta a desarrollar plataformas y soluciones propias. Para la mayoría de las universidades, sin embargo, la clave del éxito está en la formación del talento docente y en la gestión inteligente de los recursos digitales.
UNIR ha consolidado este modelo con una formación estructurada y transversal que abarca a toda la comunidad universitaria: profesorado, investigadores y personal de administración y servicios (PAS). La meta es crear una universidad aumentada en la que el Personal Docente e Investigador (PDI) esté “aumentado” por herramientas inteligentes , reorientando su rol hacia una enseñanza más personalizada.
Además, la digitalización reduce las barreras de entrada al conocimiento y a la innovación. Gracias a la facilidad de uso de la IA, cualquier docente puede integrar herramientas avanzadas en su práctica diaria. Así, se democratiza el acceso a capacidades que antes requerían conocimientos técnicos especializados.
La brecha digital y la supervivencia institucional
El cuerpo docente de UNIR también es consciente de que la disrupción digital puede generar una “brecha digital” entre centros que avanzan y otros que se estancan.
Se han analizado diversos modelos de adaptación y se ha concluido que la supervivencia académica se situará entre el “Modelo 2” (adopción y formación) y el “Modelo 3” (guías de uso sin tecnología ni formación propia, como la Open University). Las instituciones que se limiten al debate teórico sin aplicar tecnología corren el riesgo de quedarse atrás.
En consecuencia, el futuro del e-learning no radica en trasladar clases presenciales al entorno virtual, sino en integrar la tecnología para ofrecer una experiencia universitaria personalizada y flexible. La universidad aumentada por la IA y el e-learning se convierte así en un ecosistema que fomenta el pensamiento crítico y la formación de ciudadanos preparados para un mundo cambiante.
La digitalización es el cimiento sobre el cual se construye la universidad del futuro. Permite que las instituciones se enfoquen en lo que realmente tiene valor: la instrucción personalizada, la innovación docente y la aportación social. Este avance libera a los equipos de tareas administrativas automatizables, dando sentido al ya mencionado “dividendo de la IA”.
El compromiso docente con la transformación digital
Para la comunidad educativa de UNIR, la digitalización ya no es una opción táctica, sino una estrategia de supervivencia y de calidad educativa. Los docentes son el núcleo de esta transformación cultural y tecnológica. Su implicación garantiza que la adopción de la IA se realice con responsabilidad, sentido ético y rigor académico.
En la actualidad, UNIR desarrolla 23 casos de uso específicos de IA, centrados tanto en el Personal Docente e Investigador como en el Personal de Administración y Servicios. Este despliegue, abordado con prudencia y método, busca la excelencia en la implementación antes que la cantidad de iniciativas.
La digitalización universitaria consiste en una transformación de fondo que define la identidad educativa del futuro. El profesorado, con su capacidad de adaptación, su compromiso y su orientación al aprendizaje, es el motor que convierte esta visión en realidad.
La universidad del futuro ya se está construyendo en el presente: en cada aula virtual, en cada docente que innova y en cada estudiante que aprende a pensar con la ayuda de la tecnología.











