Yolanda, el osito de peluche de La Moncloa
Francisco Marhuenda.- Los dirigentes de Sumar son muy pesados. Han asumido el papel de palmeros del sanchismo y tras disfrutar de las sinecuras de los cargos recibidos ahora se quejan por los casos de corrupción y acoso sexual que afectan al PSOE. Nunca imaginaron que llegarían a disfrutar de esos sueldazos, coches oficiales y despachos. Sánchez recompensó a Yolanda Díaz con una vicepresidencia y un papel irrelevante en el seno del Gobierno socialista comunista.
La dejan salir en alguna rueda de prensa, hace declaraciones y anuncios que nadie se toma en serio y cosecha fracaso tras fracaso en todas las elecciones. Es la lideresa de una formación en declive. Hay varios ministros de Sumar, pero son todavía, aunque parezca difícil de creer, más irrelevantes que ella. Es lo que se denominan ministros o ministras florero.
El único que consigue salir en los medios de comunicación es Urtasun gracias a las cosas raras que hace o dice sobre Cultura.
Es una lástima que su comunismo le conduzca a posiciones equivocadas, cuando debería, como buen diplomático, ser más riguroso. Lo más inquietante es que en un gesto de heroísmo amenazan con quedarse. Lo han dejado claro, porque alguien se podría confundir.
El objetivo de la reunión con el PSOE es hacerse una foto y dar la impresión de que tienen algún papel en la coalición. Es bueno que aclaren que no van a romper, porque resulta irrelevante que lo hagan o no.
En un gesto heroico, Yolanda Díaz pidió una remodelación del Gobierno. Lo mejor fue la respuesta de Óscar Puente preguntándole si hay que incluir o no a los ministros de Sumar. Hay días en que me sorprende con declaraciones inteligentes y mesuradas que le ponen al mismo nivel que su brillante hermana Sofía. Es más aburrido ser ministro que portavoz oficioso del sanchismo a tiempo parcial. Yolanda no tiene ninguna credibilidad y por eso sus salidas de tono nadie se las toma en serio.
Al final, Sánchez sabe que no tiene otra opción que seguir al servicio de La Moncloa. Lo mismo sucede con Enrique Santiago, que es uno de mis favoritos, cuyas ruedas de prensa y declaraciones influyen en el presidente del Gobierno mucho menos que mi perra Lolita. Tras la reunión, Yolanda volverá a ser el osito de peluche de La Moncloa.











