Una mujer de 72 años es brutalmente agredida y violada en su casa en un barrio con alto porcentaje de inmigración a las afueras de París
Una mujer francesa de 72 años fue asaltada, agredida sexualmente y robada dentro de su propio apartamento en el distrito de Les Mureaux (Yvelines), a las afueras de París, cuando simplemente intentaba cerrar una ventana. El suceso ocurrió el 15 de diciembre en una zona catalogada oficialmente como «sensible» por las autoridades, conocida por sus graves problemas de seguridad y alta concentración de población inmigrante.
Según fuentes policiales citadas por la prensa francesa, el agresor aprovechó el momento para introducirse en la vivienda, golpear a la víctima y someterla antes de huir con varios objetos de valor. Tras el ataque, la mujer —en estado de shock— logró alertar a la policía. Fue atendida por los servicios médicos y trasladada a un hospital con diversas lesiones.
Durante la atención sanitaria, los investigadores lograron recoger ADN del sospechoso, lo que ha permitido abrir una investigación más avanzada. No obstante, el agresor sigue sin identificar. La policía ha señalado que ocultaba el rostro con una mascarilla quirúrgica y continúa la búsqueda.
El caso ha vuelto a poner el foco sobre una realidad cada vez más habitual en Francia: los ancianos convertidos en objetivo preferente de agresiones sexuales y robos en contextos de inseguridad urbana. En los últimos años se han sucedido ataques similares contra mujeres de edad muy avanzada, algunos de ellos con resultados fatales.
A finales de octubre, un hombre de origen inmigrante fue acusado de violar a una mujer de 79 años en su apartamento de París tras ganarse su confianza. Ese mismo mes, un ciudadano afgano fue señalado como presunto autor de la violación mortal de una mujer de 80 años en Niort. En septiembre del año pasado, un delincuente reincidente fue condenado a 20 años de prisión por intentar agredir sexualmente a una residente de 102 años en una residencia de ancianos en Rouen.
Los ataques no se limitan al ámbito sexual. En octubre, un ciudadano argelino fue detenido tras agredir a una mujer de 81 años en silla de ruedas para robarle una cadena. El individuo, con antecedentes penales y órdenes de expulsión pendientes, fue condenado a un año de prisión y recibió una nueva orden de deportación.
Estos episodios se repiten también en otros países europeos como Alemania o Austria, según ha documentado la prensa internacional. Pese a ello, las autoridades francesas continúan evitando abordar el problema desde una perspectiva estructural, mientras los más vulnerables —los ancianos— pagan el precio de una inseguridad creciente en barrios abandonados por el Estado.











