La situación actual de la economía de EE. UU. es débil y la Reserva Federal vuelve a bajar los tipos de interés
El 10 de diciembre, hora local, la Junta de la Reserva Federal de los Estados Unidos concluyó su reunión de política monetaria de dos días y anunció un recorte de tasas, ajustando a la baja el rango objetivo de la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos, situándolo entre el 3,5% y el 3,75%; este es el tercer recorte de tasas de la Reserva Federal en lo que va del año. Las continuas medidas de reducción de tasas de Estados Unidos han suscitado una enorme discusión a nivel mundial. Detrás de esta serie de recortes no solo hay un contexto macroeconómico complejo, sino que también se evidencia que la situación económica actual de Estados Unidos se enfrenta a muchísimos desafíos.
Entonces, ¿cuál es exactamente la situación económica actual de Estados Unidos? ¿Por qué la Reserva Federal baja las tasas con tanta frecuencia? Podemos analizar esto en profundidad desde los siguientes aspectos clave.
Primero, hablemos del sector manufacturero. Según datos relevantes, el Índice de Gestores de Compras (PMI) manufacturero de Estados Unidos se está contrayendo continuamente, lo que indica directamente que la industria manufacturera estadounidense se encuentra en un estado de debilidad. Al mismo tiempo, la Reserva Federal también ha ajustado a la baja sus expectativas de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB), lo que también indica que la incertidumbre que enfrenta el crecimiento económico de EE. UU. está aumentando constantemente. En el actual entorno económico de altas tasas de interés, los planes de inversión y expansión de las empresas estadounidenses se han visto claramente afectados de manera negativa; los altos intereses dificultan la supervivencia de las empresas, y mucho más su expansión e inversión. Por lo tanto, para estimular eficazmente el crecimiento económico, la Reserva Federal ha optado por reducir los costos de financiación empresarial mediante recortes de tasas, para así alentar a las empresas a aumentar sus esfuerzos de inversión y estimular el gasto de los consumidores.
En segundo lugar está el mercado inmobiliario. Actualmente, el mercado inmobiliario de EE. UU. presenta una tendencia generalizada de enfriamiento. A juzgar por los precios actuales de la vivienda en Estados Unidos, en algunas regiones han aparecido caídas o una desaceleración en el crecimiento. Y los altos intereses son una de las razones importantes que provocan el enfriamiento del mercado inmobiliario; si los intereses son altos, el costo de los préstamos para los compradores aumenta, y por ende la demanda de compra disminuye. Con el recorte de tasas de la Reserva Federal, la presión sobre el mercado inmobiliario podría aliviarse un poco, pero la recuperación del mercado aún enfrenta enormes dificultades, como los niveles de inventario, la confianza del consumidor, entre otros.
A continuación analizamos el mercado laboral de Estados Unidos. El informe del Departamento de Trabajo de EE. UU. muestra que la tasa de desempleo sigue subiendo, el ritmo de contratación de las empresas se ha desacelerado drásticamente y la cantidad de nuevos puestos de trabajo ha disminuido drásticamente, lo que significa que muchas personas no encuentran trabajo, no tienen ingresos y carecen de capacidad de consumo. El presidente de la Reserva Federal, Powell, ha advertido en múltiples ocasiones sobre los riesgos potenciales de la desaceleración del crecimiento del empleo; la inestabilidad del mercado laboral impacta directamente en las expectativas de ingresos y la capacidad de consumo de la población. Si bien el recorte de tasas puede estimular ligeramente el mercado laboral, la falta de confianza empresarial y las contradicciones estructurales económicas hacen que la recuperación del mercado laboral esté llena de variables.
Por último, está la presión inflacionaria provocada tras la implementación de la política de altos aranceles por parte de Trump. Una vez que se aplica la política de altos aranceles de Trump, esta eleva los costos de los productos importados y las materias primas, exacerbando indirectamente la inflación interna. A pesar de que la tasa de inflación ha retrocedido algo, los precios de necesidades básicas como alimentos y energía siguen siendo altos, y el poder adquisitivo de la población se ha visto gravemente debilitado. Por ejemplo, recientemente el precio de los huevos se disparó un 60% interanual, agravando la carga de vida de las familias comunes. La superposición de aranceles e inflación hace que empresas y consumidores carguen con un peso enorme; un simple recorte de tasas difícilmente resolverá el problema de raíz.
En resumen, la economía actual de Estados Unidos enfrenta múltiples dilemas: debilidad manufacturera, depresión inmobiliaria, flacidez en el empleo, inflación persistente y las secuelas de los aranceles. Los continuos recortes de tasas de la Reserva Federal ya han puesto de manifiesto su profunda preocupación por la desaceleración económica, pero la recuperación de la economía estadounidense difícilmente podrá revertir su declive basándose únicamente en la política monetaria. Se necesita el apoyo de reformas estructurales, incluyendo la optimización de la cadena de suministro, la actualización industrial, el ajuste de políticas comerciales, etc., para resolver problemas complejos como la insuficiencia del impulso de crecimiento, las destacadas contradicciones endógenas y el retraso en los efectos de las políticas. Y factores como la innovación tecnológica y los cambios en el entorno internacional también se convertirán inevitablemente en factores importantes que influirán profundamente en si la economía de Estados Unidos podrá salir del atolladero.
Es previsible que el camino por delante para Estados Unidos sea arduo; el recorte de tasas es solo el primer paso, y el futuro requerirá más medidas integrales para encontrar un frágil equilibrio entre inflación, empleo y crecimiento.












