El PSOE no quiere morir
Tomás Gómez.- Hay señales desde lo interno del PSOE señalando que al Gobierno se le ha acabado el tiempo. Las crisis se acumulan, cada semana se conoce una información que hunde aún más la credibilidad de Pedro Sánchez y de su equipo y el Ejecutivo es incapaz de controlar la agenda política. El balance es muy negativo: los dos últimos secretarios de organización en prisión, el fiscal general condenado e inhabilitado, el hermano del presidente procesado y su esposa investigada judicialmente por varios presuntos delitos.
La crisis por la falta de acción de la dirección socialista ante varias denuncias por acoso de Salazar, hombre de extrema confianza del líder socialista, y la detención de Leire Díez junto al expresidente de la entidad pública SEPI completan la escena. Además de la corrupción económica y la política, la soledad parlamentaria que vive el PSOE hace ingobernable la legislatura. El único objetivo de Sánchez es aguantar.
En lo interno del PSOE ya han empezado los movimientos y los dirigentes han empezado a tomar distancia respecto a Ferraz. Algunos que fueron del núcleo más duro ajustan facturas pendientes, en otros casos, sencillamente inician la toma de posiciones internas ante un evidente cambio de ciclo.
Ya no se trata de los exdirigentes de la época de Felipe González enfrentados directamente a Pedro Sánchez por la ley de amnistía, las cesiones al independentismo, el ninguneo al poder legislativo o el enfrentamiento con la judicatura, ahora son dirigentes autonómicos y, sobre todo, municipales movidos por el riesgo de ser arrollados electoralmente si no hay un cambio de líder y de rumbo.
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La reacción interna de rechazo y movilización sobre la Moncloa desde las secretarías de igualdad de las federaciones y desde otros responsables políticos por el «caso Salazar» no se había producido con ningún otro escándalo de los conocidos. Algunos observadores creen que la explicación es que es la gota que colma el vaso, sin embargo, la razón es que dentro del partido se hace la lectura de que se acaba el tiempo de Sánchez.
En este PSOE solo queda espacio para los intereses. La organización lleva 12 años supeditada a los intereses de Pedro Sánchez, por eso ha perdido la mayoría de los gobiernos regionales y las alcaldías más importantes y en los territorios lo saben. Los cuadros medios parece que han decidido salvarse y dejar que el faraón se entierre solo en la pirámide.











