MULETAS POLÍTICAS
Ignacio Pozo.- El bipartidismo, fue ese gran invento de Cánovas del Castillo, que durante distintas épocas democráticas ha servido para alternarse en el poder dos grandes partidos: uno por la derecha y otro por la izquierda, dejando excluidos a las pequeñas formaciones surgidas por la propia erosión de os grandes. Este concepto político hace tiempo que feneció en nuestra política ya algunas legislaturas.
Desde entonces, la formación de gobiernos por la izquierda ha sido convulsa, incomprensible y destructiva par los intereses de España. El ejemplo es evidente, Sánchez ha tenido que formar gobiernos metiendo a comunistas, y apoyado por independentistas de derechas y filoetarras. Esos partidos, cuyos dirigentes lejos de poder vivir de una profesión que pudieran tener, viven de las migajas que le ofrece el gobierno a través de sus chiringuitos económicos que controla, y cuya única misión es darle apoyo al gobierno sanchista entorpeciendo la llegada de la derecha al poder por muchos escándalos de todo tipo en las filas del partido y del gobierno que lo sustenta.
En la parte derecha política del patio nacional, estamos viendo que los dos partidos con representación institucional se enfrascan en ponerse la zancadilla uno al otro. Según el diccionario político la definición de partido “muleta”, es cuando uno pequeño se convierte en el apoyo de otro partido más grande, del que depende para sobrevivir, obtener apoyo o influir en las decisiones. En definitiva, ese partido más pequeño tiene poca fuerza por sí solo y busca alianzas con uno mayor para tener más peso e influencia.
Lo que le reporta una dependencia estratégica: El partido menor depende del apoyo del partido mayor para aprobar iniciativas o mantenerse relevante. Una falta de autonomía: El partido menor pierde autonomía, ya que sus decisiones y posturas políticas a menudo se alinean con las de su aliado mayor para no romper la alianza. Y se convierte en un instrumento político que facilita la agenda del partido mayor, a cambio de lo cual recibe beneficios como puestos de poder, visibilidad o apoyo.
Observando un marco electoral actual, concretamente en la recién campaña electoral en la comunidad de Extremadura, y viendo los resultados electorales obtenidos por los partidos de la derecha VOX y PP, está claro quien ejerce de ese sesgo mayoritario, y está claro quién sería la muleta de quien. Pero llegado a este punto, incomprensiblemente, muchos analistas políticos advierten que VOX se está convirtiendo en la muleta del PSOE con sus ataques furibundos al PP. Y he aquí que un Sánchez absolutamente derrotado políticamente reaparece como Ave Fénix en liza electoral fomentando el voto a VOX identificando al mismo nivel político a ambos partidos.
Ya no se trata de la división del voto por la aplicación del Sistema de la Ley D´hondt, se trata de impedir la llegada al gobierno del PP.
No es cuestión de ingeniería social, pero lo que trata la izquierda es un nuevo nicho electoral ideológico fuera de la izquierda, pero que a través de ella mantener esa izquierda en el poder, y esos analistas políticos aseveran que lo han encontrado en VOX.
*Abogado, colaborador de AD y ganador de las primarias de VOX en Granada en 2020











