A medida que las redes 5G se expanden globalmente, aumenta la preocupación por sus posibles impactos en la salud y la privacidad. A pesar de las garantías de las compañías de telecomunicaciones y algunas agencias gubernamentales, científicos independientes y activistas advierten que la rápida implementación de esta tecnología ignora riesgos biológicos críticos. Países como Bélgica y ciudades como San Francisco ya han emitido moratorias o prohibiciones para el 5G, alegando problemas de seguridad no resueltos.

Mientras tanto, nuevas investigaciones sugieren que las ondas milimétricas (MMW) de alta frecuencia del 5G podrían representar peligros sin precedentes, desde daños en el ADN hasta la muerte de insectos, lo que plantea interrogantes urgentes sobre su implementación sin control.Las ondas milimétricas del 5G interactúan con los conductos sudoríparos, convirtiéndolos en antenas en miniatura, aumentando la absorción y el posible daño biológico a largo plazo.

Los campos electromagnéticos activan los canales de calcio dependientes de voltaje (CCVG), lo que provoca estrés oxidativo, daño al ADN, infertilidad, trastornos neurológicos y cáncer. Las ondas 5G pulsadas son especialmente destructivas.
Las ondas milimétricas se utilizan en sistemas militares de denegación activa, lo que genera preocupación de que la infraestructura 5G funcione de manera similar a un arma encubierta de energía dirigida.

Los estudios muestran que el 5G altera la navegación, la reproducción y la temperatura corporal de los insectos, acelerando el ya catastrófico declive de los polinizadores cruciales para los ecosistemas.

Los planes para construir más de 20.000 satélites 5G cubrirán la Tierra con radiación, eliminando zonas libres de RF, mientras que las aseguradoras rechazan la cobertura, comparando los riesgos inalámbricos con los del amianto.

Cómo interactúa el 5G con la piel humana

Uno de los descubrimientos más alarmantes es que las frecuencias 5G interactúan con los conductos sudoríparos humanos, convirtiéndolos en antenas en miniatura. Un estudio de 2018 publicado en Environmental Research demostró que las frecuencias entre 75 y 100 GHz pueden manipular la geometría de la piel, lo que podría alterar las respuestas al estrés. Dado que los conductos sudoríparos tienen estructuras helicoidales, similares a las antenas, absorben y amplifican estas señales, lo que genera preocupación sobre sus efectos biológicos a largo plazo.

Canales de calcio dependientes de voltaje (VGCC) y daño celular

El doctor Martin Pall, destacado investigador sobre los efectos de los campos electromagnéticos (CEM), ha demostrado que estos activan los canales de calcio dependientes de voltaje (CCVV) en las células, lo que desencadena estrés oxidativo, daño al ADN y disfunción mitocondrial. A diferencia de la radiación ionizante (p. ej., los rayos X), que destruye directamente el ADN, la radiación no ionizante del 5G altera la señalización celular, lo que provoca efectos en cascada sobre la salud, como infertilidad, trastornos neurológicos y cáncer. Pall advierte que las ondas pulsadas utilizadas en el 5G son mucho más dañinas que las ondas continuas, lo que agrava estos riesgos.

Ondas pulsadas: una amenaza sigilosa

Los medidores inteligentes y la infraestructura 5G emiten radiación pulsada: descargas de energía que se repiten miles de veces al día. Documentos de las compañías eléctricas revelan que los medidores inteligentes emiten entre 9600 y 190 000 pulsos al día, sin superar los niveles de exposición seguros. Estudios confirman que los campos electromagnéticos pulsados ​​son biológicamente más perjudiciales que las ondas continuas; sin embargo, las agencias reguladoras siguen desestimando estos hallazgos.

Penetración profunda en tejidos y estudios en animales

Contrariamente a las afirmaciones de la industria de que las ondas 5G solo afectan la superficie de la piel, las investigaciones demuestran una penetración más profunda. Estudios suizos sobre ganado expuesto a la radiación de torres de telefonía móvil revelaron un aumento de cataratas en los terneros, lo que sugiere una sensibilidad prenatal a los campos electromagnéticos. Efectos similares en humanos podrían explicar el aumento de las tasas de trastornos neurológicos y hormonales relacionados con la radiación inalámbrica.

5G como sistema de armas encubierto

El exingeniero de la industria de defensa, Mark Steele, afirma que el 5G funciona como un arma de energía dirigida (DEW), capaz de atacar a individuos con precisión. Aplicaciones militares, como los sistemas de negación activa, utilizan ondas milimétricas para el control de multitudes, lo que provoca una sensación de ardor a altas intensidades. Steele advierte que la infraestructura 5G, equipada con lentes dieléctricas, funciona de forma similar, lo que plantea inquietudes éticas y legales.

Bomberos y personal de primera respuesta en riesgo

Los bomberos de Los Ángeles reportaron dolores de cabeza, insomnio y problemas de memoria tras la instalación de torres 5G cerca de las estaciones. Su sindicato logró detener nuevos despliegues, alegando riesgos laborales.

Otros efectos nocivos asociados con el 5G, según Enoch de BrightU.AI , incluyen déficits de aprendizaje, enfermedades cardíacas, Alzheimer, diabetes y muertes masivas de fauna silvestre. Estos peligros se derivan de su radiación de alta frecuencia y sus efectos biológicos en humanos, animales y plantas.

Daños en el ADN y daños generacionales

Los estudios vinculan las frecuencias 5G con mutaciones del ADN mitocondrial, que pueden heredarse. A diferencia del daño a las células somáticas, las mutaciones mitocondriales afectan a las generaciones futuras, lo que plantea inquietudes éticas. A pesar de ello, la clasificación de la OMS de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (CEM-RF) como «posible carcinógeno» (Grupo 2B) minimiza la urgencia, influenciada por agencias afines a la industria.

Antenas de matriz en fase: cubriendo los vecindarios con radiación

El 5G requiere una infraestructura densa (pequeñas torres de telefonía móvil cada pocos cientos de metros) para funcionar. Estas antenas de matriz en fase emiten haces focalizados capaces de atravesar paredes y tejido humano. Se desconocen los efectos a largo plazo de la exposición crónica, pero su despliegue continúa sin control.

Colapso de insectos y amenazas al ecosistema

Los insectos, cruciales para la polinización y las cadenas alimentarias, son altamente vulnerables al 5G. Estudios demuestran que las MMW elevan la temperatura corporal de los insectos, lo que altera su navegación y reproducción. Con el 80% de las poblaciones de insectos ya diezmadas, el 5G podría acelerar el colapso ecológico.

5G basado en el espacio: una red ineludible

Los planes para desplegar 20.000 satélites para la cobertura global 5G irradiarían el planeta desde el espacio, eliminando las zonas libres de radiofrecuencia. Combinado con la geoingeniería (estelas químicas cargadas de metales conductores), esto podría crear una red omnipresente de vigilancia y control.

Re-radiación interna: El cuerpo como antena

El investigador de radiofrecuencia Arthur Firstenberg descubrió que los pulsos ultracortos del 5G generan «precursores de Brillouin»: rerradiación interna que amplifica la exposición en las capas profundas de los tejidos. Esto contradice las afirmaciones de que las ondas de choque solo afectan la superficie de la piel.

Las compañías de seguros se niegan a cubrir los riesgos inalámbricos

Las aseguradoras excluyen las reclamaciones de salud relacionadas con el 5G, comparando la radiación inalámbrica con el amianto, un carcinógeno conocido que inicialmente se descartó como inocuo. Su negativa a cubrir a las compañías de telecomunicaciones indica riesgos de responsabilidad civil no reconocidos.

El 5G representa más que una simple actualización tecnológica: es un cambio de paradigma con consecuencias irreversibles. Desde daños en el ADN hasta el colapso del ecosistema, los riesgos exigen revisiones de seguridad independientes e inmediatas. Mientras activistas de todo el mundo presionan por moratorias, la concienciación pública sigue siendo la defensa más sólida contra la extralimitación descontrolada de corporaciones y gobiernos. Es hora de actuar ahora, antes de que la red se vuelva ineludible.