La Policía de Suecia interroga a un anciano de 90 años por decir en una residencia que los musulmanes se deberían ir del país
En la Europa de hoy uno tiene que andarse con mucho cuidado con lo que dice, incluso si se trata meramente de las quejas de un nonagenario gruñón en una residencia de la Tercera Edad.
Esta vez no son comentarios en redes sociales ni declaraciones públicas, sino solo un sueco de 90 años irritado en una residencia de ancianos. Ha sucedido en Borås, donde el citado ciudadano, descontento con el servicio —de musulmanes en buena medida— ha murmurado que está «hasta las narices» del sitio y que «no habría que dejar que los musulmanes se quedasen en Suecia».
El hecho, que no pasaría de anécdota irrelevante en condiciones normales, ha llegado a los tribunales porque la Europa invadida no vive en condiciones normales y toda referencia negativa sobre determinados colectivos es ferozmente reprimida. Parece ser que una empleada siria se sintió especialmente ofendida e informó del caso.
Tres compañeros, dos de ellos también musulmanes, declararon a los investigadores haber oído claramente los comentarios. La mujer afectada declaró a la Policía que se angustió, lloró, le dolió la cabeza y tuvo que irse a casa porque no podía seguir trabajando. Posteriormente afirmó que el incidente la hizo sentir profundamente vulnerada y que, desde entonces, ha manifestado su intención de reclamar una indemnización.
Durante el interrogatorio, el hombre de 90 años dijo que posteriormente el personal le comentó que había hablado en voz alta y se había comportado de manera inapropiada, por lo que se disculpó, pero insistió en que no recuerda haber hecho ningún comentario sobre la religión de nadie. «No recuerdo nada sobre este incidente», dijo a la Policía, añadiendo que no podía ni admitir ni negar la acusación, según informaron medios suecos.
La Policía investigó el caso como un presunto delito contra la democracia, revisando su actividad en internet y redes sociales en busca de material relevante, pero no encontró nada. El hombre no tiene antecedentes penales. Los fiscales argumentan que alrededor de 30 personas estaban presentes en el comedor cuando se hicieron los comentarios, lo que significa que las declaraciones se difundieron lo suficientemente ampliamente como para alcanzar el umbral legal de incitación.












Ese anciano ha dicho la pura verdad lo que pensamos y decimos la mayoria
Vergüenza les deberia de dar a esos policias de interrogar al ancianos claro seran policias el regimen sueco
Estamos como en corea del norte, no se puede abrir la boca.
“Delito contra la Democracia” jajajaja, menuda democracia defienden en Suecia, que te interrogan por decir que hay demasiados foraneos en la tierra de tus ancestros. Y a la señora de Siria, que la den una pensión completa por ser víctima de una ofensa de un odiador, (entiendase la ironia..)