El fiscal general del Estado presenta su dimisión tras la condena del Tribunal Supremo
El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha presentado este lunes su dimisión al Gobierno, después de que el pasado jueves fuera condenado por el Tribunal Supremo a dos años de inhabilitación para el cargo por un delito de revelación de secretos.
En una carta remitida al ministro de Justicia, Félix Bolaños, García Ortiz ha anunciado que deja el cargo de fiscal general en “profundo respeto a las resoluciones judiciales” tras la el fallo del Supremo y que por ende, ha llegado “el momento de abandonar el desempeño de tan alta responsabilidad”.
El Tribunal Supremo ha condenado a dos años de inhabilitación y a una multa de 7.200 euros a García Ortiz por un delito de revelación de datos reservados en relación con la filtración de un correo con la admisión de un fraude a Hacienda de la pareja de Isabel Díaz Ayuso.
En su carta, García Ortiz solicita al ministro de Justicia su cese a petición propia “sin esperar siquiera a conocer la motivación de la sentencia” del que por ahora solo se conoce el fallo.
“Es un acto debido no solo al Ministerio Fiscal, sino a toda la ciudadanía española”, señala.
El hasta ahora fiscal general del Estado expresa en la misiva su “profundo respeto a las resoluciones judiciales” y a la voluntad “siempre presente” en su mandato que es, subraya la de “proteger a la Fiscalía española y a sus fiscales”.
“Aunque mi determinación deriva directamente del fallo que me ha sido notificado, en mi haber tengo el convencimiento de haber servido fielmente a la institución a la que me honro en pertenecer, con una inequívoca vocación de servicio público, sentido del deber y lealtad institucional”, sostiene.
Por su parte, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, evitó ayer dar detalles sobre quién será el nuevo fiscal -“ya lo sabrán cuando corresponda”, ha indicado– y tampoco ha aclarado si el nuevo nombramiento será inminente, en el próximo Consejo de Ministros del martes.
“Cuando tengan el nombre verán cuál es el perfil”, ha añadido, aunque ha señalado que su Gobierno siempre ha propuesto personas “con dilatada trayectoria” jurídica como, a su juicio, es el caso del propio García Ortiz
¿Cómo se nombra al fiscal general del Estado?
No obstante, el Gobierno ya ha puesto en marcha el relevo de Álvaro García Ortiz, sin que hayan trascendido nombres, aunque podría ser uno de perfil progresista. El artículo 124.2 de la Constitución establece que el Fiscal General del Estado será nombrado por el rey, a propuesta del Gobierno, oído el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Su nombramiento está a su vez regulado en la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, que en su artículo 29 establece además que el fiscal general del Estado será elegido entre juristas españoles de reconocido prestigio con más de quince años de ejercicio efectivo de su profesión.
Recibido el informe del CGPJ, que no es vinculante, el Gobierno comunicará su propuesta al Congreso de los Diputados para que señale la comparecencia de la persona elegida ante la Comisión correspondiente de la Cámara, a los efectos de que se puedan valorar los méritos e idoneidad del candidato propuesto.
Una vez nombrado, el fiscal general del Estado prestará ante el Rey el juramento o promesa que previene la Ley y tomará posesión del cargo ante el Pleno del Tribunal Supremo.












Noticia extraña, que un alto representante del Estado caiga es raro, muy raro, la duda es si ha sido “sacrificado” para demostrar a la Borregada que todavia la Justicia funciona en esta Tontocracia o que el tipo ha hecho algo “fuera del guion” y ha sido castigado.
Como decia Platon, solo vemos sombras en la pared.
Ande vas tu a dimitir hijoeputa si tan condenado por cerdo mala persona, tienes la dignidad de una perra, si tan echaooo, que me vas a contar basura.
Con respecto a la fiscalía, me extraña esa “jerarquía” de la que hablan, o la que quieren dar a entender. Parece que se describe una obediencia “ciega”, cuando esto a nadie se le puede pedir, ni eso es obediencia, ya que toda obediencia recta siempre se dirige a Dios, y así, por supuesto, que nadie tiene que obedecer el mandato de algo malo; y siempre quedan vigentes las exigencias de las certezas de la conciencia formada, que hay que obedecer.
Lógico que tuviera que DIMITIR!!!!!
¿Quién será el maldito que le siga viendo como de podrido está todo hoy?
Por supuesto puede que nunca se sabrá ¿o si? lo que se ha cocido entre bastidores, de este menú especial, próximo a la Navidad.