El «diábolo»: los devastadores efectos de la crisis económica
José Manuel Otero Lastres.- Dice hoy el diario El País que hay “una generación atrapada en la precariedad: 2,5 millones de jóvenes españoles sufren pobreza o exclusión el grupo de menores de treinta años que padecen exclusión estructural que casi se ha doblado desde 2007, según un macroestudio de Cáritas. Y añade que “son los grandes perdedores del modelo socioeconómico actual”
Yo creo que hay pocos ciudadanos que entienden la diferencia entre la macro y la microeconomía. Pero hay miembros del ejecutivo que dicen que “España va como un cohete”, lo que invita a preguntarnos qué tipo de cohete es el que deja fuera a 2,5 millones españoles que, por desgracia, están en el momento de iniciar su andadura económica.
Esta situación se ve agravada, en efecto, la precariedad laboral, los salarios bajos, la dificultad para acceder a la vivienda, la falta de oportunidades educativas y la herencia de la desigualdad social.
Aunque actualmente casi no se ven, una gran parte de ustedes recordarán el juguete del “diábolo”, que consiste en dos semiesferas huecas, normalmente de caucho, unidas por su parte convexa por un eje, el cual se coloca sobre una cuerda atada a dos palillos sostenidos uno en cada mano para hacerlo girar sobre sí mismo. Pues bien, me permito recurrir a este antiguo juguete para visualizar los devastadores efectos de la crisis económica que estamos padeciendo.
Nuestra situación económica actual está convirtiendo a la cilíndrica sociedad española en una sociedad diábolo: el cilindro se ha estrangulado por el centro, haciendo que crecieran los dos extremos. El aumento de la pobreza es indiscutible y, aunque no lo parezca, la crisis suele hacer más ricos a los que ya lo son. De tal suerte que la menor parte de la riqueza se distribuye ahora entre la mayor parte de los ciudadanos y la mayor parte de la riqueza entre unos pocos. Y en el medio, en el eje del diábolo, han quedado un reducido número de sujetos que cuentan con medios suficientes para sortear los implacables efectos de la crisis.
Cuando una sociedad tiende a la figura cilíndrica, el Estado suele subvenir a la generalidad de las necesidades de sus ciudadanos. Como los sistemas impositivos se nutren de la clase media, cuanto mejor es su situación económica más recauda el Estado y, consiguientemente, más son los fondos de que dispone para atender a los ciudadanos. Las cosas cambian cuando la sociedad evoluciona hacia el diábolo. El eje, que es la parte más estrecha, apenas ofrece un nicho de recaudación suficiente; y la semiesfera de la pobreza mal puede contribuir si carece incluso de lo necesario.
La situación es muy grave. La clase media está desapareciendo. Ya no va a organizar un estrato ciudadano de donde sacar todavía más impuestos. Creo que decirle a la gente que España va mejor macroeconómicamente, pero que deja a más de 2,5 millones de jóvenes en situación de pobreza, es una realidad que no debe en ningún caso suceder”.












El Estado se ha convertido en un autentico nido de garrapatas voraces, devoran nuestros impuestos sin freno , nos plagan de multas y leyes, machacan a los creadores de riqueza….. asi no vamos a ningun sitio, con Franco mejor sin duda que con la Parasitocracia actual.
Curioso, cuando menos que, bajo un gobierno que se dice socialista, haya trabajadores que no puedan acceder a una vivienda o a vivir con dignidad en una casa calefaccionada o acondicionada, según el clima, mientras en otros tiempos el proletario tenía derecho a una vivienda que pagaba en 7 años cómodamente y la estufa eléctrica no faltaba a partir de octubre encendida…¿Qué han hecho mal, señores votantes de izquierda, todavía no asumen su garrafal error?
Y siguen engañando diciendo que esto se soluciona con más “feminismo”, y con el principio de “igualdad”. Y así ganarán tiempo “hasta el final”. Y como han quitado la religión, y la gente tiende a ir a lo suyo, nada mejora y la construcción de la cárcel sigue creciendo.