El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la cumbre de la OTAN en La Haya

Desde este lado del Atlántico, en esa nueva Unión Soviética sonriente en que va camino de convertirse la Unión Europea, no nos hemos enterado, pero la pasada semana fue la «Semana Anticomunista«, instituida por Donald Trump por una orden ejecutiva para recordar a los más de cien millones de víctimas del socialismo real en todo el mundo.

«Esta semana, nuestra nación conmemora la «Semana Anticomunista», un solemne recuerdo de la devastación causada por una de las ideologías más destructivas de la historia», se lee en la proclamación, emitida en el Día Nacional de las Víctimas del Comunismo. La orden destaca la devastación causada por el régimen comunista en países de todo el mundo desde su instauración en Rusia en 1917 por Vladimir Lenin tras la Revolución Bolchevique, una ideología colectivista surgida del Manifiesto Comunista de Marx y Engels de 1848 y basada en la destrucción de la familia, la abolición de la moral social tradicional y la prohibición de las religiones y la libertad espiritual.

Trump quiere honrar así a las personas asesinadas «por regímenes que buscaron borrar la fe, suprimir la libertad y destruir la prosperidad ganada con trabajo arduo, violando los derechos y la dignidad otorgados por Dios a aquellos a quienes oprimieron». «Al honrar su memoria, renovamos nuestra promesa nacional de mantenernos firmes contra el comunismo, de defender la causa de la libertad y la dignidad humana, y de afirmar una vez más que ningún sistema de gobierno puede jamás reemplazar la voluntad y la conciencia de un pueblo libre», escribió Trump en la proclamación.

«Nuevas voces repiten ahora viejas mentiras, revestirlas con el lenguaje de la ‘justicia social’ y el ‘socialismo democrático’, pero su mensaje sigue siendo el mismo: renuncia a tu libertad, deposita tu confianza en el poder del gobierno y cambia la promesa de prosperidad por la vana comodidad del control«, reza la proclama.

En España conocemos bien el carácter disolvente, liberticida y empobrecedor de esta ideología incluso en sus formas atemperadas, y tampoco la propia patria de Trump es inmune a este virus ideológico. Las últimas encuestas realizadas a estudiantes en Estados Unidos muestra un alarmante avance de la actitud favorable al socialismo, y la deriva radical de uno de los dos grandes partidos del sistema, el demócrata, resulta más que preocupante. Casi 1.500 millones de personas viven hoy en cinco países bajo regímenes expresamente comunistas: China, Cuba, Laos, Corea del Norte y Vietnam.