Una de las muchas iglesias abandonadas en Cataluña.

La Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña mantiene un “Mapa Religioso” que recoge el número de lugares de culto que celebran al menos una vez al año.

Según los datos de esta entidad, en 2024 el total de centros de culto en Cataluña era aproximadamente 7.260, de los cuales unos 5.665 corresponden a iglesias católicas.

Esta cifra representa alrededor del 78 % del total de lugares de culto en esa comunidad autónoma.

Sin embargo, comparando con datos de 2020, se observa que el número de iglesias católicas ha caído en unos 291 centros (o alrededor de un 4,4 %) en ese periodo.

Por lo tanto, aunque la Iglesia católica sigue siendo la confesión mayoritaria en cuanto a número de espacios de culto, sí se aprecia una tendencia de

El cierre de parroquias en Cataluña acaso sea el mejor indicador de una población moralmente enferma. Hace tiempo que se habla del cierre de parroquias, ciertamente había muchas (208), creadas en buena proporción en el período floreciente del catolicismo catalán y especialmente en aquellos años de inmigración de otras zonas de España, que produjeron un imponente crecimiento demográfico, sobre todo en la periferia de la capital catalana. Pero la politización de la Iglesia catalana en favor del proceso independentista ha acelerado el que se vacíen de feligreses las parroquias.

Durante el mandato episcopal del doctor Modrego (1942-1967) se llegaron a erigir casi 100 parroquias en todo el territorio. Era otra época. Ahora el porcentaje que se declara católico en toda Cataluña es el menor de las comunidades autónomas españolas: un 56,60%, de los cuales sólo cumple el precepto dominical una de cada cinco de esas personas, con una declaración de ateísmo confesado del 26,40% del total (datos del CIS). También destaca por ser el territorio con la tasa más baja de contribuyentes que marcan la X de la Iglesia en la declaración de IRPF: un 16,9%. La más alta es la de Castilla-La Mancha que alcanza el 45,18%. Los bautizos son anecdóticos, los matrimonios se reducen a los templos de mayor prestancia, las primeras comuniones son tan simbólicas que en muchas comunidades ya no se pueden juntar grupos de catequesis. No entran ingresos en las arcas parroquiales y se siguen generando gastos difíciles de costear.

Crecen las mezquitas

Entre tanto, el islam es la tercera confesión más representada de Cataluña en relación al número de oratorios, o mezquitas. La primera se abrió en 1974, pero la creación de nuevos centros de culto se consolidó entre los 80 y los 90 del siglo XX. «Desde su implantación, el islam ha tenido un crecimiento sostenido en Cataluña», constatan los investigadores. Entre 2020 y 2024 se han creado 42 nuevas mezquitas, hasta un total de 326 oratorios computados.

Sin embargo, esta cifra podría ser mayor, ya que no es obligatorio inscribir oficialmente los centros de culto ante la Generalitat. Esto supone, también, que el gobierno catalán no tenga un registro oficial de imanes radicales ni de centros en los que difundan mensajes salafistas, como se propuso tras los atentados en Barcelona y Cambrils en 2017, a pesar de que Cataluña concentre una de cada tres detenciones por yihadismo en España, semestre tras semestre, según los datos del Ministerio del Interior.