La banda de la mascarilla
Si a un ministro o un preboste de alto rango sanchista lo pillan saliendo de un banco en compañía de una banda de atracadores lo siguiente que vemos es a Pilar Alegría proclamando su inocencia desde las almenas del castillo de la Moncloa porque él no llevaba pistola y eran otros los que sujetaban el botín en las manos.
De inmediato, la consigna será repetida por los coros y danzas ministeriales y rápidamente propalada por toda la floresta televisiva por las vocingleras bandadas de coloridos papagayos mediáticos. Y esa pauta y hoja de ruta es la que desaguará en las cloacas de las redes sociales con las kabilas abducidas lanzadas al degüello de quien ose poner en cuestión la doctrina del profeta, que es su maná y su pesebre.
Sucedió este lunes con el pájaro canario que salió encima trinando enfados y exigiendo disculpas cuando son sus propios cantos grabados los que le colocan de lleno en el tinglado montado por ‘la banda de las mascarillas’. Es esta la extensión de una parte de la familia matriz, ‘la banda del Peugeot’, a un nuevo territorio aprovechando el horror de la pandemia del COVID para hacer de la terrible mortandad y el miedo a la peste la fuente donde llenarse los bolsillos.
Porque a eso fue a lo que Ábalos, ministro de Transportes, mandamás del partido y mano derecha del caudillo y su cachicán para todo, Koldo, se dedicaron en siniestro consorcio con el conseguidor-proveedor Aldama.
Este se encargaba de proporcionar el producto, daba igual su calidad y estado, ellos de colocarlo a los amigos y compañeros de bandera y gobiernos y estos de que se les pagara a toda prisa y sin rechistar ni por el precio desorbitado ni por la ínfima calidad e incluso inutilidad de lo servido. La primera cifra conocida de lo que se ‘levantaron’ alcanza los doce millones de euros. Todo un pelotazo.
En el entramado y con protagonismo y formas muy encampanadas y lenguaje compartido, como corresponde al negocio y la ralea, soez y tabernario, aparece en lugar destacado nuestro santo varón, Ángel Víctor Torres, ahora ministro y entonces, antes de que las urnas lo echaran, presidente del archipiélago y espejo del socialismo canario. Su demostrado cometido era acelerar los pagos y pegar voces y amenazar a los que ponían alguna pega. Conseguido, lo celebraba con mucho alborozo, jolgorio y anuncio de libaciones con su gran amigo Koldo.
En parecida circunstancia y peripecia se encuentra, a la espera en su caso de que la UCO termine sus labores, no dan abasto los hombres, su compañera de insularidad, la balear, Francina Armengol. Está, ahora arrecogida, tras su derrota también en las elecciones autoómicas por el Amado y Bondadoso Líder, como arrebolada y siempre atenta y sumisa a una mínima seña suya, presidenta del Congreso de los Diputados.
‘La banda de la mascarilla’ ya va, como ‘la del Peugeot’, camino del banquillo. En esta reata circulan ya tres por ahora. Pero del ramal, y a la vista de lo escrito negro sobre blanco y documentado por las propias palabras de los protagonistas, me parece a mí que no tardarán en ir otros.
Habrá que ver qué dicen los que deben decidir sobre si hay o no delito. O sea, los jueces.
Pilar Alegría para esto no parece estar muy cualificada y sí en exceso complaciente con algunos. Por ejemplo, con su amigo Paco Salazar, aquel cortesano monclovita que iba a ser ascendido a la cúpula de Ferraz. Señalado por varias mujeres de su entorno como pertinaz acosador, lo tiraron a escape del burro. Ella, que había puesto a la entrada del cónclave la mano en el fuego por él, la retiró más que aprisa a la salida, pero ha vuelto ahora a meterla al compartir puchero y pitanza con el propio en amistosa compañía.
En estos arcijos la Alegría también repite pantalla. ¿Recuerdan cuando daba por buena la declarativa de la ‘alegre cuadrilla’ de Áah!balos en el Parador de Teruel, en el que ella también estuvo aquella noche pero ni se enteró, ni vio, ni oyó, ni olió nada de nada. Esto parece que le pasa mucho a esta señora, aunque lo tenga a un palmo de sus ojos y a una cuarta de su nariz y sus orejas. Es la que descabalgó de mala manera a Lambán, de cuya dignidad parece no haber aprendido ni pizca, y que ya está designada por el dedo del amo y señor del PSOE como candidata para Aragón.












Parece ser, que el nivel de la mierda está ya tan alto que no se distingue si se come o se huele, o ambas cosas. La Judicatura Nacional, trabaja a tope, se supone, claro. Estamos ansiosos en españistan por ver el final.