Rafael de Paula ya descansa en el Olimpo de los dioses del Toreo
La cuadrilla del Búcaro.- En el Olimpo de los dioses del Toreo descansa ya Don Rafael de Paula. Artista único de muñecas de terciopelo, un genio que destilaba un cante genuino reservado a los elegidos, en ese estado inmaterial y puro que para el tiempo, que detiene los relojes, que convierte un instante en una eternidad, un lance en una obra genuina que viaja imperecedera por los rincones escondidos de nuestra memoria torera, y que surgen espontáneos y gozosos en cualquier reunión de recuerdos que dejaron huella.
Ese sabor a torero antiguo, orgulloso de su arte, con las luces y sombras de una personalidad de culto, el maestro de Jerez deja un legado de torería apasionante, sincera, porque en Paula todo era sin red, con la absoluta e inquebrantable verdad de un genio gitano que cuando llegaban las musas bordaba el toreo.
Torero de pasiones encontradas, con una legión de partidarios fieles, capote de diamante esculpido de albero, muleta de inspiración rendida, creando arte con esas muñecas rotas de arte acompañando a esas rodillas destrozadas que tanto mermaron su carrera pero no su leyenda. Roto el cuerpo, el maestro toreaba con el alma.
En el Olimpo de los dioses hoy se torea un poquito mejor. Ha llegado Don Rafael de Paula.











