¿Qué es y cuándo se usa el guion medio?
El guion es uno de los signos ortográficos más desatendidos del español. De hecho, todavía hay quien le pone tilde a la palabra, a pesar de que la RAE la eliminó en el año 2010.
Además, suele reinar cierta confusión cuando hablamos de guiones. Mucha gente sigue sin distinguir entre el guion corto, el guion medio o la raya y los emplean de forma arbitraria incluso en textos periodísticos, académicos o editoriales.
En particular, el guion medio (–) está cayendo en desuso. Pocos lo utilizan correctamente, y aún menos saben cómo escribirlo en el teclado. Sin embargo, sigue siendo un signo muy útil y elegante, y aunque nos llamen frikis por ello, nos parece interesante protegerlo y evitar su extinción.
Dos tipos de guion y un signo de puntuación
En español distinguimos dos tipos de guion y un signo de puntuación que se parecen mucho, pero no son lo mismo.
El guion corto o simple (-), el más común. Es el que encontramos en cualquier teclado alfanumérico, normalmente entre las teclas del cero (0) y el igual (=). Si trabajas frente a un PC lo utilizarás muchísimo en tu día a día.
Luego está el guion medio (–) que es un poco más largo que el anterior. No tiene tecla propia, pero se puede escribir con combinaciones como Alt + 0150 en Windows o Opción + Guion (-) en Mac.
Y, por último, tenemos la raya (—) que es aún más larga. Ocupa un cuadratín completo y funciona como signo de puntuación. Es decir, tiene una función sintáctica dentro del texto: sirve para separar o introducir oraciones, pero no actúa a nivel morfológico en la estructura interna de las palabras como los guiones.
Veamos las diferencias con más detalle:
Guion corto
Lo utilizamos continuamente al escribir ya que sirve para dividir palabras al llegar al final de un reglón.
Además, se utiliza para:
- Unir adjetivos: clases teórico-prácticas, método físico-químico, proyecto político-social.
- Relacionar conceptos: relación calidad-precio, oferta-demanda, causa-efecto.
- Unir gentilicios: acuerdos franco-alemanes, conflictos hispano-portugueses, alianzas ítalo-japonesas.
- Añadir un prefijo a un nombre propio o acrónimo: pro-OTAN, ex-Beatle.
Como ves, el guion corto actúa a nivel morfemático, es decir, dentro de la estructura interna de la palabra.
Guion medio
Como te contaba al principio, este signo no tiene tecla propia y suele confundirse con el guion corto. En inglés se conoce como “en dash” porque su longitud se asemeja a la de la letra “N”.
Se emplea en contextos muy específicos como:
- Indicar rangos o intervalos:
La Segunda Guerra Mundial tuvo lugar de 1939–1945.
El curso 2024–2025 comenzará en septiembre.
- Indicar distancias:
La ruta Madrid–Toledo es una de las más transitadas.
El vuelo Buenos Aires–Montevideo dura menos de una hora.
- Expresar conexión o enfrentamiento entre dos elementos equivalentes:
El clásico Real Madrid–Barcelona se juega mañana.
La relación profesor–alumno ha cambiado con la enseñanza online.
Raya
A diferencia de los guiones, la raya no une palabras, sino que estructura el texto. Actúa a nivel sintáctico para facilitar su comprensión.
Se utiliza para:
- Crear diálogos:
—¿Vienes al ensayo?
—Sí, pero llego un poco tarde.
- Introducir aclaraciones o incisos del narrador:
El profesor —que siempre llega con un café en la mano— revisó las pruebas una vez más.
- Desplegar listados o enumeraciones dentro de un texto:
Los temas del taller serán: —gramática avanzada, —estilo editorial y —corrección de textos.
Recuerda que no se deja espacio después de la raya (a diferencia de los guiones medios, que sí pueden llevar espacio según el contexto).
¿Por qué seguir usando el guion medio en 2025?
Vale, lo admitimos: el guion medio parece uno de esos signos que se quedaron atrapados en los manuales de estilo de los noventa. Hoy casi nadie lo usa, y quien lo hace suele ganarse una mirada rara del compañero de redacción o del corrector automático que insiste en cambiarlo por un guion corto. Pero lo cierto es que sigue teniendo mucho sentido mantenerlo vivo.
El guion medio no es un capricho tipográfico. Su uso correcto mejora la lectura y la comprensión del texto porque ayuda a distinguir relaciones, intervalos o contraposiciones sin necesidad de releer.
Además, hay algo indudablemente elegante en él. En textos periodísticos, académicos o de edición profesional, usar el guion medio transmite cuidado, oficio y conocimiento. Es uno de esos detalles que no todo el mundo nota, pero que quien sabe escribir bien reconoce al instante. Y, seamos honestos, da gusto ver un texto limpio, equilibrado y visualmente armonioso.
Puede que te parezca poco práctico —sobre todo si tienes que recordar la combinación de teclas para escribirlo—, pero en cuanto empieces a usarlo y veas cómo mejora el aspecto de tus textos, te preguntarás cómo has podido vivir tanto tiempo sin él.












