Abascal, el rey desnudo
Fraguas.- La invitación de Ignacio Garriga de VOX ha caído como la mejor de las sorpresas. Para muchos ha sido una balsa de esperanza. Con la medida de la mente corta, el fin de Sánchez, vencido por la unión del patriotismo, ha sido; pues eso, una balsa en un charco que llenaba el hoyo de la decepción. De ahí el viaje tan corto.
Pero la respuesta de Alvise ha sido una finta política que debería salir hasta en los telediarios de la Antártida. Y es que uno no puede ir de monstruo político, cuando la realidad te deja como una boquilla fácil. Como un tio sin plomo, sin potencia y sin verdad. Abascal es una mentira.
Me pareció una osadía de locos que Alvise se entregara así de fácil a la unión con los del color verde. No es difícil colegir que con esa decisión VOX fagocitaría a Se Acabó La Fiesta. Y ésta hubiera pasado como una estrella fugaz en el firmamento negro de la partidocracia. Por ende, debería de haber otro trasfondo.
Las cartas de Alvise Pérez son muy claritas, el fin de la partidocracia. Y esto lejos de ser una frase hecha, como acostumbran los políticos, en el caso de las ardillas significa el cambio del sistema electoral y el fin de subvenciones a partidos, sindicatos y medios de información, líneas rojas del partido de Guy Fawkes; ejemplo de lealtad y de perseverancia en sus principios. Y esto, visto desde el balcón de Abascal se convierte en una espada de Damocles que pende sobre su cabeza como una vez pendió sobre la del griego de boquilla fácil y lo explico amado lector.
Lo que Alvise propone sin pensar, casi dudo de que hubiera junta nacional, es un órdago a la grande que ha pillado al vasco sin cartas.
Estoy seguro de que en las imaginadas conversaciones, el consenso alcanzado, hubiera sido lo que son los consensos, traiciones a sus electores, cediendo a la ideología contraria en varios objetivos particulares de esos partidos. Alvise hubiera cedidos en todo, excepto en sus líneas rojas.
Y esto enseña el brillo real de esa espada que se resume en una pregunta directa a Abascal y a la verdad de VOX, a la decencia de VOX, a la palabra de VOX y a la congruencia de VOX.
Alvise le propone a Abascal: ¿Partido o Patria?
¿Partido o Patria, Abascal?
Nada en política me ha parecido tan sencillo y tan magistral. Si hoy hubiera apostado un millón, amado lector, estaría en la República Dominicana en un resort viendo a Bego cumpliendo condena; pero lamentablemente estoy escribiendo este artículo… Cosas de los pobres.
Ya sabe usted lo que significa la partidocracia. Cualquier líder político de cualquier partido que se mantenga con las subvenciones estatales, elegirá el bienestar de su partido al de la Patria.
Queda claro el patriotismo de Abascal, de boquilla. Y ahora, naturalmente, esto pone a prueba a los acólitos de piedra del partido patriota. Exige una valoración moral de sus votantes, aquellos que no tardan en sacar la bandera como el símbolo primero de sus sentimientos y de su lealtad.
Hoy España ha sido vendida por ese político pequeño de barba cuidada y físico de gym.
Hoy a Abascal se le ha visto con el traje del rey bobo, desnudo. Un chico joven ha gritado a España entera que el rey está desnudo.
Veremos si los votantes de VOX lo ven desnudo o con traje de domingo.
Pequeño, muy pequeño, Abascal











