El Mundo.- Después de varios años de litigios, el sacerdote Custodio Ballester ha sido finalmente absuelto del delito de islamofobia. La Audiencia Provincial de Málaga ha entendido que las declaraciones que hizo en el programa La Ratonera Digital, junto a Armando Robles y Jesús Calvo -párroco de León- en 2017 (también absueltos), no constituyen ninguna infracción. “Somos inocentes. Mis palabras, por duras que hayan sonado, se enmarcan en el ejercicio legítimo de la libertad de expresión, amparada por la Constitución y por el sentido común”, dice Ballester a Crónica.

“La Fiscalía pedía hasta tres años de prisión para mí, cuatro para el periodista y el cierre del medio Alerta Digital. Querían silenciar no solo nuestras voces, sino también el canal por el que se difunden. Pero el tribunal ha sido claro: no hubo delito. Las expresiones pueden ser polémicas, incluso molestas para algunos, pero no cruzan la línea penal. No hubo intención de fomentar hostilidad ni se causó daño concreto a ningún colectivo”, manifiesta. Los tres comentarios por los que lo acusaban eran: que el islam radical quiere destruir la civilización occidental, que en las mezquitas se predica el exterminio del infiel y que la inmigración ilegal acaba provocando una sustitución poblacional en Europa. La Asociación de Musulmanes contra la Islamofobia -entidad que lo denunció- interpretó que estas declaraciones incitaban al odio hacia el islam.

La revolución en X a favor de Custodio

Su caso no pasó desapercibido. En cuestión de horas logró viralizarse en la red social X, la cual se llenó de publicaciones de apoyo hacia el párroco: “Oigan, los de Fiscalía, que eso también lo digo yo. El islam radical quiere destruir la civilización occidental”, o “Cada día alucino más con la justicia de este país. Aunque salga absuelto, lo grotesco es que la causa haya llegado hasta el final”, son algunos de los mensajes que han alcanzado más de 300.000 visualizaciones, cientos de likes y miles de compartidos. Tanto que, Abogados Cristianos se presentó ante los tribunales con más de 30.000 firmas reunidas en defensa de Custodio. “Si condenan al padre, nos deberían condenar a todos”, decían en un comunicado.

Pero no solo se quedó en España: cruzó el Atlántico y llegó a Estados Unidos y Canadá. El medio canadiense Gaudium Press, de enfoque católico, lo tituló como “Spanish Priest Acquitted in Landmark Hate Crime Case, Bolstering Free Speech Protections”. En Estados Unidos, CBN News lo cubrió bajo el título “Catholic Priest in Spain Facing Prison Time for Criticizing islam”.

Hoy, Custodio está tranquilo, aunque -en realidad- siempre confió en la “sensatez y el sentido común de los jueces”, que es lo que mencionaba a Crónica días antes de sentarse en el banquillo a dar declaraciones. Por otra parte, se mantiene firme en tildar de desproporcionadas y exageradas las penas que tienen este tipo de delitos. Citaba un ejemplo: “Hace unos años, en Valencia, un argelino pegó a dos chicas que se estaban besando en la calle. El fiscal pedía 18 meses de prisión”.

“Esta sentencia no es solo una victoria personal. Es un precedente que protege a todos los que se atreven a hablar con libertad. Es un muro de contención frente a la censura ideológica que se disfraza de justicia. Porque si un sacerdote no puede advertir sobre los peligros que percibe para su comunidad, ¿quién podrá hacerlo?”, protesta. Considera que “La libertad de expresión no es un privilegio de los que piensan como el poder quiere. Es un derecho de todos, especialmente de quienes defienden convicciones contracorriente. Hoy, gracias a Dios y a la sentencia de los jueces, ese derecho ha sido reafirmado”.

Si de algo está convencido este párroco de 61 años -actualmente coadjutor en la parroquia de San Sebastián de Badalona- es de que seguirá luchando por sus creencias. “No guardo rencor a nadie. Pero sí mantengo mis convicciones. Seguiré hablando, predicando, denunciando lo que considero injusto. Porque callar cuando se debe hablar es traicionar la verdad. Y como sacerdote, mi deber es iluminar, aunque a algunos les pueda incomodar”.