Bajo el sanchismo, el PSOE se ha convertido en un partido catalanizado, que trabaja por Cataluña y beneficia a los catalanes por encima del resto de los pueblos de España.

Ahí están para demostrarlo los indultos, la amnistía, el perdón de las deudas, el poder de Puigdemont y de los independentistas, el peso político de Salvador Illa y otros muchos detalles, concesiones y regalos, muchos de ellos ocultos por vergüenza y porque conocerlos causarían estupor e indignación en el resto de España.

El último ha sido el fracaso de la OPA del Banco BBVA al Banco Sabadell, provocado, en parte, por los obstáculos del gobierno y la ayuda subterránea del sanchismo al banco catalán. El comportamiento del gobierno de Sánchez con la OPA, criticado por la misma Unión Europea, ha sido rastrero, arbitrario e impropio de un gobierno decente.

Sánchez ha demostrado una vez más su servidumbre a Cataluña y su deprecio al bien común y a las reglas de la democracia.

Votar al PSOE equivale ya a votar por Cataluña, la región mimada por los socialistas, la única importante donde gobierna uno de los suyos.

El odio a Madrid, cuya pujanza económica ha arrebatado el liderazgo económico a Cataluña, también es parte del “catalanismo” injusto y arbitrario del PSOE sanchista.

Es evidente que si un andaluz vota al PSOE está votando a favor de Cataluña y de sus privilegios, de su poder y de las ventajas que le otorga el sanchismo en inversiones y políticas de apoyo, muchas de ellas ocultas, algo que no hace con otras autonomías más pobres, pero gobernadas por la oposición de derechas, como Andalucía, Extremadura, Murcia, Valencia y otras.,

El sanchismo antepone el poder a cualquier otro concepto o valor. Esa política, antidemocrática y exenta de ética, además de deslegitimar el ejercicio del poder, genera injusticias y desequilibrios muy graves. Los apoyos que el inmoral sanchismo necesita para gobernar proceden en gran parte de partidos independentistas catalanes, a los que Sánchez compensa con ventajas, concesiones y privilegios que destrozan el principio de igualdad entre regiones y pueblos de España.

De todos los defectos y carencias del sanchismo, el más inmoral, rastrero y antiespañol es la concesión de privilegios y ventajas exclusivas a los catalanes, un comportamiento todavía más sucio que la también sanchista corrupción generalizada, el despilfarro, el abuso de poder y hasta el apoyo a corruptos, chorizos y delincuentes.

Algunas de las ventajas y concesiones del sanchismo a Cataluña:

La condonación de deuda autonómica es producto de un pacto exclusivo con ERC que penaliza a las demás autonomías.

Cataluña lidera la recepción y ejecución de fondos europeos Post COVID, superando a regiones más pobladas.

Sistema de financiación autonómica: Cataluña recibe más recursos directos y un modelo “singular” exclusivo.

Inversiones estatales territorializadas: Presupuestos que premian a Cataluña sobre Madrid y Valencia.

Estos datos demuestran un patrón claro: el PSOE, dependiente de ERC y Junts desde 2023, ha concedido a Cataluña quitas de deuda, fondos UE acelerados, más entregas a cuenta y un modelo fiscal singular que ninguna otra autonomía negocia bilateralmente. Mientras regiones como Valencia (infrafinanciada en 3.200 millones anuales) o Andalucía claman por justicia, el Gobierno prioriza Cataluña, generando “desigualdad” (según PP y barones PSOE). Fuentes como Fedea y AIReF advierten de un “incentivo a la irresponsabilidad” que debilita la cohesión territorial. Esto no solo refuta la narrativa oficial de “solidaridad”, sino que posiciona al PSOE como un partido que, para sobrevivir políticamente, ha abrazado demandas catalanistas, violando la Constitución, desplegando una desigualdad indigna y probablemente delictiva y sacrificando hasta la locura y la indignidad el principio de igualdad entre autonomías.

El sometimiento a Cataluña del PSOE está causando a España daños reales políticos, económicos y morales, representando una burla a la democracia y al bien común.

La catalanización del PSOE divide al país, genera odios, devalúa la política y entrega demasiadas cuotas de poder a independentistas delincuentes como Puigdemont, líder de Junts, entre otros muchos daños a la nación.