El compromiso ético con España y con la Verdad del inspector Ricardo Ferris
En la ciudad de Valencia, pocas figuras encarnan con tanta integridad y compromiso la esencia del servicio público como el inspector jefe de la Policía Nacional Ricardo Ferris.
Durante años, su labor ha sido sinónimo de dedicación incansable, liderazgo ejemplar y un profundo sentido de justicia. Su nombre se ha convertido en un referente dentro de la Policía Nacional y en un símbolo de decencia para muchos españoles.
El 14 de octubre de 2022, el inspector Ferris intervino en una conferencia en la capital del Turia donde proclamó una obviedad que ni el propio comisario provincial fue capaz de refutar: la mayoría de los delitos en la capital levantina son llevados a cabo por inmigrantes.
En un caso muy similar al que siguen sufriendo tanto el Padre Custodio como éste que escribe, una fiscal de odio, próxima a Podemos y a Compromís (sic), lo acusó de un delito de odio por relacionar la inmigración con la delincuencia. Felizmente, la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia ha absuelto al inspector de la Policía Nacional. La sentencia viene a confirmar un hecho especialmente inquietante: verdad real y verdad oficial colisionan en demasiadas ocasiones. Si yo sostengo por ejemplo que la biología determina la existencia de solo dos sexos (verdad real), podría ser acusado de un delito de discriminación por orientación sexual.
Si en cambio defendiera la teoría queer (verdad oficial), que rechaza la clasificación de los individuos en categorías universales y fijas, entonces contaría con todo el respaldo institucional y los parabienes de la mafia progresista.
Al proclamar una obviedad contraria a los mantras ideológicos de la izquierda, este corajudo inspector valenciano estaba anteponiendo su compromiso ético con la Verdad y con España a cualquier interés particular. No es preciso aclarar que las verdades proclamadas por el inspector Ferris conllevan un hermoso sacrificio personal, ya que le alejan de todas esas ventajas ofrecidas por el sistema a quienes se pliegan al discurso oficial. No es casualidad que toda la arquitectura moral que se intenta implementar descanse sobre el andamiaje de unas fiscalías orientadas a la criminalización de discursos que son a la verdad real lo que el orden natural a la moral de la banda del Peugeot.
Con su valentía y ejemplo, el inspector Ferris ha mostrado una vocación genuina por proteger a la comunidad. Su trayectoria ha estado marcada por casos complejos, investigaciones meticulosas y un firme respeto por los derechos y la dignidad de las personas. No solo resuelve casos delictivos: construye confianza como parte esencial de su servicio.
La capacidad de liderazgo del inspector Ferris se refleja en la forma en que guía a su equipo. Bajo su mando, se ha fomentado un espíritu de cooperación, profesionalismo y excelencia. Sus colegas hablan de él no solo como un jefe, sino como un mentor, alguien que inspira respeto y motivación.
El inspector Ferris no solo defiende la ley: personifica los valores más nobles del servicio público. Su ética, compromiso y humanidad lo convierten en un verdadero orgullo para Valencia y un ejemplo para las futuras generaciones de agentes. En su figura, la ciudadanía reconoce no solo un inspector, sino un verdadero guardián de la justicia y un activista de las causas más nobles.
España tiene en el inspector Ferris un auténtico baluarte de todos esos valores que dignifican la condición humana y prestigian la función pública. Su legado será siempre recordado. No sólo es un sobresaliente policía, sino un servidor público que combina integridad y valentía para proteger y servir a sus compatriotas recta y decentemente, con apego al honor y a la dignidad nacional.












Armando, se trata de meter miedo, inquietar y molestar a los que no son de su banda. Viven de eso, cobran del dinero de los españoles para vivir bien y tener sus abogados, sus medios de comunicación, sus ONG, sus sindicatos y sus manifestantes. Se aprovechan porque saben que es su momento, el momento de los enemigos de España. ¡Y ya está bien de tanta tontería de intelectuales con lo de las dos Españas, porque solo existe y ha existido España y lo otro es Antiespaña! No existe nación en el mundo que desprecie su idioma y que desprecie su… Leer más »