Parador de Teruel.

En el folio número 270 del informe entregado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, al Supremo, el pasado viernes, los agentes hablaban de pagos por parte de Koldo, para financiar viajes para «personas que mantuvieron con Ábalos encuentros de carácter personal». Una información extraída por los agentes de los móviles incautados al ex asesor del ex ministro de Transportes, al hilo de «conversaciones» contenidas en dichos terminales «que permiten colegir este extremo, por entenderse que tienen afectación a la vida íntima del investigado» y que se recogerán «en una carpeta diferenciada» de la principal, «en oficio aparte».

De hecho, unas once páginas después, en el folio 281, aparece reflejado un gasto de Koldo, por valor de 490,25 euros en billetes de tren, con destino a Teruel, casualmente, en la misma fecha en la que Ábalos se hospedó en el Parador aragonés donde, según algunos testigos presenciales, trabajadores del establecimiento, se celebró una fiesta con señoritas de compañía. Extremo, este último que han negado tanto el hoy ministro de Transformación Digital Oscar López, entonces presidente de Paradores de España, así como la ministra portavoz del Gobierno, Pilar Alegría quien se hospedó allí, también, esa noche.

Así las cosas, es la primera vez que la UCO apunta, a la posible contratación de prostitutas en el Parador de Teruel, por parte de Ábalos y su asesor, en base a los indicios obrantes en el sumario de la trama de corrupción del caso PSOE,

Por ello, los investigadores han previsto la apertura de un nuevo dossier sobre la «vida íntima» de Ábalos, en el que todo apunta a que Koldo habría pagado billetes de transporte, con destino Teruel, para favorecer los «encuentros» del entonces ministro del ramo. Unas evidencias que se verían reforzadas, con varias llamadas telefónicas registradas en los dispositivos móviles analizados, algunas de ellas correspondientes a contactos en los que los nombres de referencia aparecen guardados junto con el símbolo de un corazón, según cuenta El Debate.

Una dinámica que se habría repetido en otras ocasiones y viajes en los que, presuntamente, el entonces asesor ministerial contactó con números correspondientes a diferentes mujeres como «Rosa Rumana jefe Valencia» o «Michelle Brasil Valencia», sin aparente relación profesional o familiar identificable con Ábalos, con las que los agentes suponen que mantuvo «encuentros privados».