El padre Custodio
Miquel Giménez.- Se llama Custodio Ballester. Este sacerdote barcelonés lleva veintisiete años ejerciendo su ministerio y en la actualidad es coadjutor en la parroquia de San Sebastián, Badalona. En los próximos días, a sus sesenta y un años, deberá sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Málaga. La Asociación Musulmanes contra la Islamofobia lo denunció el 2017 por un presunto delito de odio contra el Islam. El padre Custodio dijo en un programa llamado La Ratonera digital, junto a don Armando Robles y el párroco de León don Jesús Calvo, que tiene 80 primaveras, lo siguiente: “El yihadismo radical y el islamismo violento quieren destruir Europa y la civilización occidental”. Añadió que “en las mezquitas se predica el exterminio del infiel” y que “la inmigración ilegal acaba realizando una sustitución poblacional en Europa”. Lo mismo que dice el presidente de los EEUU Donald Trump, la presidenta italiana Giorgia Meloni, los presidentes húngaro y polaco y ahora, incluso en presidente francés Emmanuel Macron. Y ya no digamos Santiago Abascal. La señora fiscal del caso ha adjuntado también como prueba de convicción un artículo escrito por el acusado que lleva por título El imposible diálogo con el Islam. Como sea que tanto el padre Custodio como sus otros dos contertulios están acusados por los mismos delitos no sería impensable que acabaran en la cárcel. No estamos hablando de una broma. Por decir de manera libre y educada su opinión acerca del problema más candente que tenemos en occidente, al padre Custodio le puede caer tres años de cárcel nada menos.
‘Discreto silencio’ en el Arzobispado
Todo esto llega después de ocho años de lucha en los que la asociación denunciante no ha querido ni hablar ni pactar. El sacerdote, que no ha perdido el buen humor, una de las principales virtudes de los santos, asegura que menos mal que el juicio se celebrará en España y no en Pakistán, porque allí le pedirían pena de muerte. Es uno de los signos de los tiempos que padecemos. Criticar al yihadismo conlleva ser acusado de pecado de odio. Incitar al exterminio de infieles, no. Que se paseen políticos, fiscales y progres por las barriadas donde los musulmanes ya son mayoría o que oigan lo que predican los imanes y verán lo que dicen. Más fácil: entren en Youtube y vean lo que manifiestan muchos de los líderes espirituales musulmanes. Lo más terrible es que el arzobispado de Barcelona, al que afecta el caso, ha puesto de manifiesto que desea, textual, “mantener un discreto silencio sobre el tema”. Eso sí, el padre Custodio dice haber hablado por teléfono con monseñor Omella y asegura que este le dijo que si estaba tranquilo, él también, y que si lo metían en la cárcel ya lo iría a ver. Es muy de agradecer. Luego nos extrañamos de que ardan las iglesias, que delincuentes interrumpan el Santo Oficio golpeando a los asistentes, que se profanen los objetos de culto y que el sacerdote lleve pintada una diana en la espalda con las consecuencias desgraciadamente mortales en no pocos casos. Pero ¡silencio discreto! Por cierto, mi Pater, fuerte abrazo. Beso su mano.













Le ha dicho el cardenal Omella al Padre Custodio, “que si está tranquilo él tambien.”..
Pero la tranquilidad, en este caso, la Paz, al Padre Custodio es la que da Jesús cuando dice :”La paz os dejo, Mi paz os doy, no como el mundo la da os la doy Yo.No se turbe vuestro corazón ni se intimide.” ( Juan 14,27 )
Por eso el Padre Custodio no se turrba, no se intimida…. y “no mantiene un discreto silencio sobre el tema”..