El doble rasero en las ofensas al cristianismo: una reflexión crítica
Carlos Aramburu Bayona*.- En las sociedades democráticas, la libertad de expresión es un pilar fundamental que permite el intercambio de ideas y la crítica constructiva. Sin embargo, esta libertad no debe ser utilizada como pretexto para la ofensa gratuita o el ataque a las creencias religiosas de los demás. En este contexto, se ha observado un fenómeno preocupante: el doble rasero en el tratamiento de las ofensas a diferentes religiones, especialmente entre el cristianismo y otras confesiones.
¿Qué es el doble rasero?
El doble rasero se refiere a la aplicación desigual de normas o criterios en situaciones similares. En el ámbito de la libertad de expresión y la religión, implica que ciertos actos de ofensa hacia una religión son tolerados o incluso promovidos, mientras que otros son condenados o perseguidos. Este trato desigual genera un clima de hipocresía y desconfianza en las instituciones encargadas de velar por los derechos fundamentales.
La libertad de expresión y la religión
La libertad de expresión es un derecho fundamental protegido por la Constitución Española y por tratados internacionales como la Convención Europea de Derechos Humanos. Sin embargo, este derecho no es absoluto y puede estar sujeto a limitaciones, especialmente cuando entra en conflicto con otros derechos fundamentales, como la libertad religiosa. El artículo 525 del Código Penal español tipifica como delito la ofensa a los sentimientos religiosos, aunque su aplicación ha sido objeto de debate y reforma.
Por otro lado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha establecido que la libertad de expresión incluye la libertad de ofender, siempre que no se incite al odio o a la violencia. Esta jurisprudencia ha sido utilizada para justificar la tolerancia hacia ciertas expresiones que, en otros contextos, podrían considerarse ofensivas o incluso delictivas.
Un ejemplo reciente de este doble rasero es la denuncia interpuesta por la organización Hazte Oír contra la humorista LalaChus y RTVE por un acto que consideraron una burla hacia las creencias religiosas de millones de españoles durante la retransmisión de las campanadas. El Gobierno anunció una reforma del delito de ofensa religiosa para garantizar la libertad de expresión y creación, alineándose con la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y los estándares de otros países.
Sin embargo, situaciones similares en las que se ofenden otras religiones, como el islam, han sido tratadas con mayor severidad, generando críticas por la falta de coherencia en la aplicación de la ley. Este trato desigual alimenta la percepción de que existen sensibilidades religiosas que son más protegidas que otras, lo que socava la confianza en el sistema judicial y en las instituciones democráticas.
El doble rasero en el tratamiento de las ofensas religiosas no solo es injusto, sino que también es perjudicial para la convivencia y el respeto mutuo en una sociedad plural. Es fundamental que las instituciones encargadas de velar por los derechos fundamentales actúen con coherencia y equidad, aplicando las normas de manera uniforme y sin discriminación. Solo así se podrá garantizar una verdadera libertad de expresión que respete la dignidad y las creencias de todos los individuos.
*Jurista













Un sitio con doble rasero es un insulto para la Justicia. La Ley debe observar fielmente en su formulación los principios del derecho : honeste vivere, neminem laedere, suum quique tribuere. Y ése es el fiel de la balanza : la equidad . pero que sólo es posible sin la carga de parcialidad en el trato, lo que desbarataría miserablemente su alta misión, .impartir justicia. Y si no es así, estamos ante la injusticia, un gravísimo desequilibtio en cuanto a la igualdad de todos, hombres y mujeres, ante la Ley. un derecho reconocido con claridad meridiana en la Constitución. Por… Leer más »
En según que casos, la ofensa religiosa, tendrá que ver con la reacción de algun practicante. Si después de la ofensa, alguien se enfada con el blasfemo o nadie dice nada. El asunto no es igual según creencia