Pedro, el siguiente en el Supremo
Antonio Naranjo.- De no ser porque es el presidente del Gobierno y está lógicamente protegido por un fuero especial que regula el procedimiento jurídico a seguir para procesarle, más exigente y garantista para evitar ataques políticos paralizantes, alguien con el papel de Pedro Sánchez en los distintos sumarios que afectan a su entorno familiar y político estaría hace tiempo imputado.
El auto del juez Peinado sobre Begoña Gómez en el que señala que sus posibles delitos solo se pudieron cometer gracias a su relación con el presidente del Gobierno es simplemente una obviedad transformada en argumento jurídico que nadie con algo parecido a la decencia intelectual podrá objetar: si la ‘catedrática’ tuvo una ‘cátedra’, asoció a ella a unas empresas y logró el patrocinio de otras o consiguió gratis la asistencia de un alto directivo público para gestionar sus intereses comerciales privados es porque era la mujer del presidente del Gobierno y todas las puertas se le abrían gracias a una condición que ni a ella ni a su marido podían escapársele.
Que ambos pensaran que es normal actuar de una forma tan negligente, frívola y éticamente corrupta, apelando tal vez al «empoderamiento femenino» o al noble objeto comercial de la captadora de fondos inspirada en la Agenda 2030; solo demostraría el desparpajo moral de la pareja, hermanada con la catadura política del líder socialista.
Siempre se conceden a sí mismos excusas pintureras para esconder la verdadera naturaleza de sus objetivos, que son estrictamente egoístas y a cualquier precio: ser presidente con el menor número de escaños propios de la democracia y por una caterva de insurgentes o, con idéntica escala de valores, catedrática sin haber aprobado la selectividad.
El universo familiar de Sánchez es calcado al político, un bucle eterno de cambalaches mafiosos, negocios siniestros, compañías delincuenciales y una falta de escrúpulos solo superada por una letal arrogancia, que siempre es el preámbulo de un estallido del inmenso chiringuito: tan alta e indecente ha sido la subida como cruel y aparatosa la caída, por la imposibilidad de que, en la pugna entre la Cosa Nostra y el Estado de derecho, venza la primera.
Porque, no nos engañemos ni caigamos en la trampa del formidable ejército de mercenarios al servicio del sanchismo, tan meretrices de la casa de lenocinio política que les da el alpiste como las chicas y los chicos lo eran de las saunas del suegro: no hace falta ninguna sentencia judicial dentro de meses o años para que la condena política ya sea firme e irrevocable.
No se puede tener a un hermano y a una esposa enchufados; a un secretario de Organización en el Supremo y a otro en la cárcel o a unos cuantos ministerios y altos cargos señalados por comprar mascarillas a unos rinconetes o concederles licencias de hidrocarburos a unos cortadillos, pues en todos los casos nada habría prosperado sin el concurso directo, por acción u omisión, del señor X de todas las tramas.
Como no se puede, tampoco, posturear con la abolición de la prostitución y haber vivido mejor gracias a ella o ir de campeón de los derechos humanos y deberle el cargo a un exterrorista, a un golpista y a un prófugo, compadrear con un dictador como Maduro y actuar amedrentado por un sátrapa como Mohamed VI. Sánchez es una farsa y su comparsa una flotilla inmoral que, antes o después, se topará con esa armada incorruptible que es la democracia.












La. democracia es incorruptible en teoría, que significa ” conocimiento especulativo considerado con independencia de toda aplicación·”…
! Lo que va del dicho al hecho !
Se irá de rositas, a disfrutar de sus caudales ganados. Allá en Tierra Extraña, como en aquella canción. Entre unos y otros, como en épocas pasadas, el Tesoro se irá al extrangero…¿o no?