(Foto: Diputación de Badajoz)

David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, permaneció más de cuatro meses sin línea telefónica en España con el objetivo de borrar cualquier rastro que pudiera situarle en el Palacio de La Moncloa y, de esta manera, esquivar el control de la Agencia Tributaria.

Durante ese tiempo, fingía residir en Portugal para beneficiarse de un régimen fiscal más favorable. Tal y como ha podido saber en exclusiva El Debate y se desarrolla en el libro La Sagrada Familia de Alejandro Entrambasaguas, la maniobra se diseñó para evitar que su verdadera residencia en el complejo presidencial quedara al descubierto.

El Debate ha tenido acceso a un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, remitido a la magistrada Beatriz Biedma, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, que investiga al músico. En ese documento se detalla cómo el hermano del presidente dio de baja el número que había utilizado durante más de una década el 5 de noviembre de 2021, apenas unas semanas después de regresar de una excedencia de un año en Tailandia. Desde entonces, y hasta el 22 de marzo de 2022, Sánchez se mantuvo un apagón de sus comunicaciones. No tuvo ningún número activo a su nombre en territorio nacional y, de esta manera, no podía ser geolocalizado por las antenas de telefonía. Una maniobra que, según los investigadores, no es casual, ya que coincide con su instalación en el complejo presidencial, donde residió junto a su esposa, la japonesa Kaori Matsumoto.

En marzo, ya instalado en Moncloa y figurando como residente fiscal en Portugal, reapareció con un nuevo teléfono. Pero el terminal no estaba a su nombre, sino al de Playbol SA, la sociedad con la que su padre gestionaba la fábrica de plásticos que recibió más de un millón de euros en ayudas durante la pandemia del coronavirus. Ese número, terminado en 885, continúa utilizándolo a día de hoy. Para los investigadores, la secuencia es clave. Tras más de cuatro meses sin línea telefónica, el hermano del presidente reapareció con un dispositivo registrado a nombre de un tercero, lo que en la práctica le permitió moverse sin dejar rastro.

En ámbitos policiales esta táctica se conoce como «black phone» —en español, traducido del inglés: «teléfono negro»—. Se emplea para describir los terminales que no figuran a nombre de su verdadero propietario. Son habituales en redes criminales y en operaciones de fraude fiscal, ya que dificultan el trabajo de las autoridades al impedir que se pueda atribuir con certeza la ubicación o los movimientos a una persona concreta. Precisamente, la Agencia Tributaria utiliza desde hace años la geolocalización como una de las herramientas más eficaces para detectar a quienes simulan residencias en el extranjero mientras en realidad viven en España. David Sánchez usó el teléfono de la empresa de su padre hasta que la Diputación de Badajoz le facilitó un móvil el 15 de marzo de 2023. El músico no volvió a contratar una línea a su nombre hasta el 28 de enero de 2025. Es decir, cuando llevaba ya un año y medio fuera del recinto presidencial.

Un delito de fraude fiscal
Los informes de la UCO, además, van más allá. La investigación ha acreditado que, desde su llegada a Badajoz en 2017, David Sánchez ha utilizado al menos siete líneas telefónicas diferentes, cada una de ellas contratada con compañías distintas. Tres de esas numeraciones son extranjeras de Rusia, Kazajstán y Estados Unidos, un hecho que para los agentes no resulta casual y que refuerza la sospecha de un patrón orientado a complicar la trazabilidad de sus comunicaciones.

Paralelamente, la Delegación de la Agencia Tributaria en Madrid analiza la denuncia presentada por el sindicato Manos Limpias a raíz de las informaciones publicadas por El Debate. En ella se solicita investigar si el músico, pese a declarar su residencia fiscal en Portugal, vivió en realidad en el complejo presidencial. La denuncia aporta, como pruebas, dos de los hechos ya revelados por este periódico. Por un lado, que Matsumoto, embarazada en ese momento, acudía a sus revisiones médicas en un vehículo oficial conducido por agentes de la Guardia Civil

También que durante dos años el músico mantuvo abandonada una autocaravana de su propiedad en un aparcamiento reservado para funcionarios en el interior del recinto presidencial. Solo cuando El Debate presentó una petición formal al Ministerio de la Presidencia para conocer si el vehículo generaba gastos al erario, Sánchez acudió apresuradamente a retirarlo. Para entonces, este periódico ya disponía de un amplio archivo fotográfico que documentaba su presencia en la zona restringida. Estos episodios se explican con más detalle en el libro La Sagrada Familia, cuyo prólogo ha sido escrito por el columnista Alfonso Ussía.

El abogado del hermano del presidente, el penalista Emilio Cortés, ha evitado dar explicaciones sobre este extremo. En una entrevista, tras ser preguntado por el asunto, ha contestado: «Me parece una grosería preguntar a mis clientes dónde viven». De la misma manera, María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda. ha eludido contestar sobre el posible delito de fraude fiscal en el que, según varios juristas, ha incurrido el hermano del jefe del Ejecutivo.

El Debate