Almodóvar, ¿cuánto dinero te da Sánchez?
Luis Ventoso.- El día 15, en pleno eco de las protestas contra la guerra de Gaza –o contra Israel– que boicotearon La Vuelta, un grupo llamado Artistas por Palestina se concentró en Sol para denunciar las muertes de niños gazatíes, que cifraron en 18.500 sin aclarar el origen del dato (aunque hay que decir que la muerte de un solo niño supone ya una tragedia). Entre los que allí hablaron figuraban grandes clásicos de nuestro «progresismo» de guardia. Es decir, la peña de siempre: Miguel Ríos, que lleva quince años de gira de despedida; el viudísimo García Montero, que ha desvirtuado el Instituto Cervantes; el cineasta «comprometido» León de Aranoa, las tradicionales Aitana Sánchez-Gijón y Rosa Montero… y por supuesto, Almodóvar.
Bien está que se denuncien los excesos del Ejército israelí, en ocasiones terribles. Pero nos encantaría que los Artistas por Palestina recordasen también que esta escabechina la comenzó Hamás de la más salvaje de las maneras, o que se trata de una milicia yihadista con la que Almodóvar estaría encarcelado por homosexual y Aitana no podría ni conducir sin la tutela y el permiso de un varón. Nos agradaría que le dijesen a Hamás, que utiliza a su pueblo como escudo humano, que pueden acabar la guerra hoy mismo liberando a los rehenes y entregando sus arsenales. Nos resultaría reconfortante que recordasen que Hamás, y su patrocinador Irán, aspiran a acabar con Israel y promueven una visión fundamentalista de la vida, en las antípodas de las libertades occidentales.
Sería interesante que estos artistas, tan prestos al activismo político, se acordasen alguna vez de las víctimas de Ucrania, que multiplican por miles las de Gaza, o del éxodo de siete millones de personas que ha provocado la narcodictatura de Maduro, o de los cubanos que viven una tremebunda crisis humanitaria por la perfidia e incompetencia de una senil dictadura comunista.
Cabe cuestionarse además si Almodóvar posee credenciales como para erigirse en conciencia pública de nada. La principal característica de una figura de este tipo para ganarse el respeto general ha de ser su independencia de criterio, su capacidad de plantarse contra el poder cuando cree que su comportamiento es incorrecto. Pero Almodóvar se ve incapacitado para ello por una razón bien sencilla: está untado por el Gobierno de Sánchez, que lo subvenciona con unas cantidades que resultan decisivas para que pueda seguir con su carrera, tan celebrada por la crítica «progresista» mundial como mediocre en la realidad de la taquilla española, donde los aficionados en su perfecta libertad prefieren de largo las comedietas familiares del criptoderechista Santiago Segura.
Escucharemos con respeto a Almodóvar cuando antes de cada estreno tenga a bien enviar una nota de prensa con las cifras de lo que le ha dado el Estado para la película de turno. El pasado julio, RTVE hizo una cosa rara. En septiembre del año pasado el ente público había cerrado sus ayudas al cine para 2025, que ascendieron a 10,4 millones para 30 películas. Pero en julio de este año se convocó una mesa de valoración de carácter extraordinario para añadir ayudas a tres películas más, entre ellas la que acaba de terminar Almodóvar, titulada Amarga Navidad, y a la que dieron un millón, la mayor de todas las aportaciones.
Al dinero de RTVE hay que añadir el que le dará el Ministerio de Cultura, que en la práctica es opaco, pues no existe manera de que un ciudadano que quiera conocerlo pueda descubrirlo a través de la web ministerial, cuyo último inventario publicado data de 2023.
¿Supone mucho para Almodóvar ese millón (al que hay que añadir lo que le aporte Urtasun)? Su última película, el mitin proeutanasia La habitación de al lado, del año pasado, solo recaudó en España 2,4 millones. Es decir, la pasta que le apoquina el Gobierno resulta decisiva para que don Pedro gane dinero, amén de gloria, con sus cada vez más flojas películas. Se trata por tanto de un artista que en cierto modo vive del régimen sanchista, con lo cual sus arengas políticas ven su credibilidad muy menguada. ¿Cómo no va a apoyar a Sánchez y sus cortinas de humo?
Gallardo era un muchacho que llegó a vicepresidente de Castilla y León por Vox, que luego prescindió de él. Cada vez que hablaba subía el pan, pero a veces enunciaba grandes verdades prohibidas. En 2024 soltó una de ellas, dijo que los de los Goya «son señoritos que quieren vivir de producir obras cinematográficas que luego no ve nadie». Don Pedro le dio una airada réplica en la gala de los cabezones alegando que «el dinero que recibimos lo devolvemos con creces al Estado».
O Almodóvar está flojo en aritmética, o se le ha pegado la difusa relación con la verdad de su ídolo político. El cine español viene recibiendo en subvenciones estatales el triple de lo que recauda en taquilla. En general, sus propuestas no logran interesar y muchos abajofirmantes comprometidos viven directamente de la teta pública.
En resumen, admirable Pedro: ¿Cuánto dinero te ha dado tu tocayo Sánchez para Navidades Amargas, la nueva «tragicomedia feminista» con la que en breve vas a amenizar nuestras vidas? Damos por descontado que no tendrás reparto alguno en facilitar las cifras, que ratificarán una vez más tu acrisolada independencia.












Almodóvar, Amenabar,dos directores que como personas están vendids a lo woke repugnante .
Asqueroso.
Dinero de los controbiyentes gastado en películas malas, ademàs de en saunas y cocaina