Los documentos secretos de la época a los que ha tenido acceso este periódico revelan cómo fue el adiestramiento militar de los etarras en Yemen del Sur en 1980, en el que se mezclaba la utilización de armamento de guerra con las clases de teoría política.

El centro de entrenamiento del Frente Popular para la Liberación de Palestina era un campamento rodeado de alambre de espino situado en algún lugar a cien kilómetros de Adén. Allí habían levantado ocho edificios, así como un depósito de agua, un palomar y una granja de conejos. Todo el emplazamiento estaba vigilado por milicias yemeníes, aunque a veces los palestinos se unían a las rondas de vigilancia. Los propios etarras participaron en esas guardias.

Las actividades en el campo de entrenamiento comenzaban a las seis de la mañana, cuando los terroristas debían realizar cursos de defensa personal, carreras por el desierto y gimnasia. Tras ducharse eran llevados a un comedor para desayunar y desde allí se les conducía a un aula en la que recibían clases teóricas. Al mediodía se interrumpían las clases para que descansaran hasta las tres de la tarde. A esa hora volvían a recibir lecciones de teoría y a las diez de la noche se apagaba el generador eléctrico para que todo el mundo fuera a dormir.

Los palestinos entrenaron a los activistas vascos en el uso de armamento de todo tipo. Una de las armas más empleadas fue el fusil ruso ‘AK-47’, el rifle que han utilizado de forma masiva todas las guerrillas del mundo. Sin embargo, es paradójico que ETA apenas ha tenido este subfusil en sus arsenales. Los etarras también aprendieron a disparar con el ‘M-16’ norteamericano, con la metralleta italiana ‘Beretta’ y con armamento británico de la Segunda Guerra Mundial, un tipo de arma que se encontraba en Yemen del Sur desde los años de dominio inglés.

También recibieron instrucción en el uso de pequeños morteros y en el lanzacohetes ruso ‘RPG 7’, un arma que hoy en día también forma parte de la dotación de los dos bandos implicados en la guerra de Ucrania pero que aparece, por ejemplo, en el arsenal de Hamás.

Las clases eran mas teóricas que prácticas. Por ejemplo, en la instrucción del tiro con mortero tan solo llegaron a realizar un disparo, lo mismo que sucedió con el lanzacohetes ruso. En el caso del rifle ‘M 16’, los etarras solo llegaron a disparar un cargador, en una clase de tiro de precisión.

‘Septiembre negro’

Algunas de las clases que impartieron los palestinos se destinaron a la teoría política, en especial, a la solidaridad internacional contra el «imperialismo capitalista». En este sentido, hay que tener en cuenta que los miembros del FPLP estaban inmersos en un tipo de terrorismo que no tenía mucho que ver con la forma de actuar de ETA. Los palestinos se habían especializado en el secuestro de aviones comerciales como forma de propaganda y para exigir el canje de prisioneros detenidos en Israel. Una de sus acciones más espectaculares fueron los denominados secuestros de Dawson Fields, llevados a cabo en septiembre de 1970.

En una semana, el FPLP secuestró seis aviones comerciales y cuatro de ellos aterrizaron en Dawson Fields, una antigua base aérea británica en Jordania. Allí fueron dinamitados tras evacuar a la tripulación y a los pasajeros. Este atentado provocó que Jordania expulsara de su suelo a todos los refugiados palestinos, lo que se bautizó como el ‘Septiembre negro’. Este sería el nombre utilizado por una facción del FPLP para llevar a cabo la masacre de Munich, enla que mataron a once atletas olímpicos israelíes.

Esa forma de enfocar el terrorismo no guardaba relación con el terrorismo de ETA, más centrado en los asesinatos y en los secuestros económicos. Por ello, el alcance que tuvo el entrenamiento en Yemen ha sido fuente de discusión entre las fuerzas de seguridad. Mientras que algunas fuentes creen que sirvió para perfeccionar la forma de actuar de la banda, también hay quien defiende que solo fue útil para afianzar las relaciones internacionales de la organización.