Begoña Gómez declara ante el juez que solo utilizó puntualmente a su asistente de Moncloa para su actividad profesional
Por cuarta vez, la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, se ha sentado este miércoles, desde las 12:00 horas, frente al juez Juan Carlos Peinado, instructor de la causa en la que está imputada por cinco delitos, para responder a las cuestiones relativas a su actividad profesional, a partir de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Según ha podido adelantar El Debate, en la sesión de esta mañana, Gómez ha declarado que la asistente Cristina Álvarez, que le fue asignada a su llegada al Palacio presidencial, sólo la ayudó, de manera puntual en su actividad profesional privada. Y que lo hizo por su estrecha relación personal: «Era mi amiga».
Además, ha argumentado que la empleada pública en cuestión, cuyo puesto «se prolongaba 24/7» estaba al cargo de su agenda institucional y, al mismo tiempo, conocía su agenda personal, con el objetivo de que ninguna de ambas se solapase. Motivo por el que, en alguna ocasión, le pidió el favor de gestionar sus correos a los que tenía acceso porque «de lo contrario no podía haber desarrollado su trabajo», ha asegurado Gómez.
Sin embargo, fuentes consultadas por El Debate consideran que pese a que hoy sí ha decidido contestar al interrogatorio, la mujer de Sánchez no ha dado ninguna explicación convincente sobre el contenido de las comunicaciones enviadas desde la cuenta de mail oficial de la asesora a varias de las empresas que participaron o financiaron la cátedra que dirigió en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Tampoco Cristina Álvarez ha querido pronunciarse al respecto y se ha acogido a su derecho a no responder, en su calidad de coimputada, ni al juez, ni al resto de las partes.
Sobre el proceso de nombramiento de Álvarez, la esposa del presidente ha dicho desconocer cómo se produjo el mismo.
Cabe recordar que la esposa de Sánchez comparecía a citación el titular del Juzgado número 41 de Madrid, señalada cono presunta autora de un delito de malversación de fondos públicos, al hilo de las funciones debido desarrolladas por Álvarez quien, de acuerdo con algunos de los correos que obran en el sumario, llegó a pedir fondos a empresas privadas para que siguieran financiando el máster que dirigía la mujer del jefe del Ejecutivo.











