Pedro Sánchez y la metáfora clínica de la psicopatía política
Ignacio Andrade.- La psicopatía clínica se caracteriza por: superficialidad emocional, manipulación, carisma instrumental, ausencia de culpa, búsqueda de poder y riesgo calculado.
Estos rasgos, trasladados al ámbito político, pueden ser funcionales: permiten a un líder resistir la presión, tomar decisiones impopulares y sobrevivir en entornos hostiles.
El caso Sánchez
Frialdad emocional: mantiene una calma imperturbable en situaciones de crisis; críticos lo interpretan como indiferencia, partidarios como autocontrol.
Manipulación estratégica: su capacidad de pactar con fuerzas políticas opuestas se lee como oportunismo extremo; clínicamente se asemeja a la flexibilidad moral del psicópata.
Resiliencia narcisista: tras ser expulsado de la secretaría del PSOE y regresar, mostró una perseverancia que algunos asimilan a la obstinación egocéntrica.
Encanto superficial: su comunicación política es mesurada, distante y carismática en los momentos clave, lo que recuerda a la “máscara” del psicópata.
El reverso funcional
En el contexto político, estos rasgos no necesariamente son patológicos, sino adaptativos.
La política exige, en cierto sentido, una “desensibilización emocional” para manejar traiciones, pactos contradictorios y decisiones duras.
Lo que clínicamente podría considerarse un déficit empático, en la política puede convertirse en una ventaja estratégica.
Llamar “psicópata” a Sánchez es más un recurso crítico que una valoración clínica.
Sin embargo, el ejercicio permite comprender cómo ciertos líderes desarrollan estilos de poder que resuenan con perfiles descritos en la psicología clínica.
En última instancia, la pregunta no es si Sánchez es psicópata, sino si su estilo de liderazgo —marcado por cálculo, frialdad y resistencia— encarna la “psicopatía funcional” que caracteriza a muchos líderes contemporáneos.












A este tipo, le hace un chequeo un psiquiatra y queda internado con camisa de fuerza. Es un enfermo mental pero consciente de que hace daño al pueblo español, este es un Nerón del siglo XXI.