Multiculturalismo: el espejismo que está desgarrando a Europa
AR.- Durante años se nos ha repetido que el multiculturalismo era sinónimo de progreso, tolerancia y modernidad. Se nos vendió la idea de una Europa enriquecida por la diversidad, donde todas las culturas podían convivir en armonía bajo el mismo techo.
La realidad, sin embargo, es muy distinta: el multiculturalismo no ha traído cohesión, sino división; no ha fortalecido a Europa, la ha debilitado.
El precio de la ingenuidad
Mientras los dirigentes políticos se llenaban la boca con discursos sobre inclusión y diversidad, las calles de muchas ciudades europeas cambiaban a un ritmo que nadie quiso reconocer. Barrios enteros se transformaron en guetos culturales donde la ley y los valores europeos apenas existen. En lugar de integración, lo que se ha consolidado es una segregación de facto, que mina la unidad y genera tensiones constantes.
El relativismo como veneno
El gran error del multiculturalismo es el relativismo: aceptar que todas las costumbres y valores son equivalentes, aunque choquen frontalmente con los principios que definen a Europa. Se han tolerado prácticas y discursos que atentan contra la igualdad de género, la libertad de expresión y la convivencia democrática, todo en nombre de la “diversidad cultural”. Esta actitud complaciente no es tolerancia: es rendición.
La fractura política
No sorprende que el malestar ciudadano se haya transformado en fuerza política. El auge de partidos nacionalistas y populistas no es un accidente, sino la reacción lógica de quienes sienten que los gobiernos tradicionales han sacrificado la identidad europea en aras de un ideal que nunca funcionó. La polarización no nace del odio, sino del abandono: millones de europeos se sienten extranjeros en sus propias ciudades.
¿Un futuro común o una torre de Babel?
Europa se enfrenta a una disyuntiva: seguir atrapada en el espejismo multicultural, acumulando tensiones y fracturas, o recuperar la valentía de defender sus principios sin complejos. No se trata de cerrar fronteras, sino de poner fin a la idea absurda de que todas las culturas pueden convivir en paralelo sin un marco común. Una sociedad sin cohesión no es una sociedad: es un campo de batalla latente.
El tiempo se acaba
El multiculturalismo no es progreso, es la semilla de la desintegración europea. Si Europa quiere sobrevivir como proyecto político y cultural, debe dejar de pedir disculpas por su identidad y empezar a exigir integración real a quienes llegan. De lo contrario, la “Europa diversa” de los idealistas será simplemente una Europa rota.













Y asumir que Dios usó a Europa como potencia civilizadora del mundo, que recordemos, era un caos, de brutalidad, entre ellos mismos. Asumir el orgullo de la Europa cristiana civilizadora. Y se acabó.
Buen artículo.
Los illuminati y la masonería justamente han usado el multiculturalismo con el propósito de destruir Europa y acabar con el cristianismo. Es una pena que Franco no enseñara en las escuelas una asignatura de obligado estudio como son las sociedades secretas. Nos hemos dejado engañar como corderitos ante lobos con piel de cordero.
Solo buscan una cosa borregos para mantener la mentira aliados con empresarios financiados por la mafia anglo-nazi, que desea que tengamos obreros (clase productiva mal pagada )diciendo que no quiere trabajar nadie. Camareros mal pagados y muchos extranjeros dándoles,4 pesetas en la época de Franco, un camarero ganaba mas que un municipal y la cesta de la compra estaba por los suelos. Obreros mal pagado sin un plan industrial, cediendo ante enemigos, el pan del pueblo, creando masas, parasitas, para endeudar al pais. Dinero no sudado, dinero envenenado, que no llega de la producción (inflación y ruina) eso dicen los… Leer más »