El Gobierno belga anuncia que utilizará el ejército para combatir la violencia vinculada al narcotráfico
El ministro de Seguridad y Asuntos Interiores de Bélgica, Bernard Quintin, pretende enviar soldados a las calles de Bruselas para luchar contra el aumento de la violencia vinculada al narcotráfico, una medida que, según él, debería ponerse en marcha lo antes posible. La decisión política ya está tomada, aunque todavía deben concretarse aspectos operativos. Su idea es que los militares patrullen en binomios junto a la policía, con especial atención a zonas sensibles como algunas estaciones de metro y barrios conflictivos, entre ellos Peterbos, en Anderlecht.
Quintin defiende que la función del ejército es salvaguardar el territorio y que esa misión no se limita a las fronteras o a escenarios internacionales: «La batalla contra las mafias de la droga también es una cuestión de integridad territorial», declaró en una entrevista concedida al diario De Standaard.
El contexto que explica este plan es la oleada de disparos registrada en la capital belga. El fiscal de Bruselas, Julien Moinil, denunció en agosto la gravedad de la situación, señalando que en lo que va de año se han contabilizado 57 tiroteos, de los cuales 20 ocurrieron en verano. El propio magistrado se encuentra bajo protección policial tras recibir amenazas de narcotraficantes y había solicitado previamente 10 millones de euros adicionales para reforzar la seguridad, sin lograr respuesta satisfactoria de las autoridades. «Cualquiera en Bruselas podría ser alcanzado por una bala perdida», advirtió.
El ministro de Defensa, Theo Francken, confirmó que el marco legal que permitiría desplegar soldados en la ciudad ya está preparado y que el borrador será enviado en breve al Consejo de Ministros. «Nuestra capital es un desastre en materia de seguridad. Hay que recuperar el control», publicó en X. Sin embargo, voces críticas, como la del liberal flamenco Frédéric De Gucht, cuestionan las prioridades del gobierno: «¿Por qué no empezar por conceder los 10 millones que pidió el fiscal? Para eso no hace falta ningún marco legal», ironizó.
El propio Quintin, que es originario de Bruselas, describió la situación como «catastrófica» en una entrevista anterior con POLITICO. Entonces ilustró la impunidad de los traficantes con una metáfora gráfica: «Estamos casi en un punto en el que cualquiera podría instalar su mesa y sombrilla en plena calle».
El plan no se limita a la capital. Enmarcado en una estrategia nacional para las grandes urbes, contempla también la expansión de la videovigilancia y otras medidas de seguridad en ciudades como Amberes, Gante, Lieja, Charleroi y Mons.
La ofensiva contra el narcotráfico se produce en medio de una parálisis política prolongada. Desde las elecciones regionales de junio de 2024, Bruselas sigue sin un gobierno constituido. Esa situación ha llevado a dirigentes como David Leisterh, representante del partido liberal francófono MR en la capital, a plantear la posibilidad de repetir los comicios. El líder nacional de su formación, Georges-Louis Bouchez, fue aún más lejos al advertir que, si la crisis persiste, Bruselas terminará bajo la tutela directa del gobierno federal.











