¿Por qué se oculta la identidad de los que asesinan en Europa en nombre de ideologías extremistas de raíz islamista?

La bandera sueca entre las flores y velas de un memorial por las víctimas del tiroteo masivo en Örebro
AD.- En los últimos años, Europa ha sido escenario de ataques violentos, muchos de ellos reivindicados en nombre de ideologías extremistas de raíz islamista. Sin embargo, cada vez que ocurre un atentado, los medios y muchas autoridades insisten en subrayar la salud mental del agresor, su situación socioeconómica o su supuesta “radicalización individual”, mientras apenas se menciona su identidad religiosa. Esta estrategia comunicativa plantea una pregunta incómoda: ¿por qué se oculta —o se maquilla— la identidad de los islamistas implicados en asesinatos en Europa?
La narrativa políticamente correcta
El primer motivo responde a la presión del llamado “political correctness”. En sociedades donde conviven millones de musulmanes, se teme que destacar la identidad religiosa de los agresores alimente la islamofobia y genere una reacción social contra comunidades enteras. El miedo a una escalada de discriminación empuja a políticos y periodistas a suavizar o incluso silenciar elementos de la historia que podrían generar rechazo.
El cálculo político
Gobiernos europeos han apostado por políticas de multiculturalismo e integración que, en muchos casos, han fracasado. Reconocer que algunos ataques tienen un componente ideológico ligado a una visión radical del islam equivaldría a admitir errores estructurales en la gestión de la inmigración y la seguridad. Por ello, muchos líderes prefieren diluir los hechos en explicaciones ambiguas que eviten cuestionar el modelo político vigente.
La complicidad mediática
La prensa mayoritaria actúa como escudo de esta estrategia. Se emplean eufemismos como “lobo solitario”, “atacante desquiciado” o “radicalizado online” para desplazar el foco de la identidad y la motivación ideológica. El resultado: una opinión pública desinformada, incapaz de comprender la naturaleza de la amenaza a la que se enfrenta Europa.
El efecto boomerang
Paradójicamente, esta ocultación no evita la desconfianza, sino que la amplifica. Cuando los ciudadanos perciben que la información es manipulada o censurada, acuden a medios alternativos —a menudo sensacionalistas o abiertamente extremistas— que explotan precisamente lo que los medios tradicionales callan. Así, el intento de proteger la cohesión social termina alimentando la polarización y el auge de partidos populistas.
El verdadero desafío
El problema no es la religión musulmana en sí misma, sino el islamismo radical y la falta de un debate honesto sobre cómo combatirlo. Ocultar la identidad de los agresores es un autoengaño colectivo que impide atacar la raíz del problema: redes de adoctrinamiento, guetos culturales y la pasividad de las élites políticas. Nombrar las cosas por su nombre no significa criminalizar a toda una comunidad, sino separar claramente a los millones de musulmanes que desean convivir en paz de aquellos que usan la religión como justificación para la barbarie.
La conclusión es clara: el silencio y la ocultación no son neutrales, sino peligrosos. Europa necesita transparencia y coraje político para afrontar el islamismo radical sin disfrazarlo ni esconderlo detrás de excusas.












Los desinformadores, que se deje de chorradas de islamismo radical para disfrazar que el pueblo español ha perdido la dignidad, que es un pueblo con vocación de esclavo, acobardado y de teorías mentirosas como que se está alimentando la polarización y el auge de partidos populistas, porque hay una minoría que no se resigna a perder su dignidad, historia y territorio.
Porque decir las verdades ofende y hablar de esa gentuza es un tema tabu y lo mas recurrente es decir que el invasor sufre trastornos mentales ademas de esa gentuza depende que se ganen o no las elecciones porque los votos de los invasores mas los votos de la gente que los defienden son cruciales en unas eleccciones y los politicos lo saben bien
No olvidemos que muchisima gente que se declara racista y esta en contra de la invasion lo hace cara a la sociedad pero se demuestra que esa misma gente son defensores de esa gentuza
“Pues amarga la verdad quiero echarla de la boca . Y si al alma su hiel toca, esconderla es necedad”
Ellos , cada día mas estúpidos, más imbéciles, mas cretinos…
Y nosotros cada día más sometidos, más sojuzgados, más reprimidos….
¿ Mas buenistas, tal vez?