La toga manchada del Fiscal General emputece hoy la Justicia Española
Hoy se inaugura en España el año judicial más tenso y sucio desde la muerte de Franco. La escena que se vivirá en las Salesas es el resultado de poseer un gobierno sin democracia ni decencia.
La bajeza y falta de honor y vergüenza del sanchismo quedarán hoy plasmadas en la sede del Tribunal Supremo, cuando el Fiscal General García Ortiz pronuncie su discurso en la apertura solemne del Año Judicial.
El Fiscal General que es más de Pedro Sánchez que de España, con su toga manchada e imputada, estará presente en el acto solemne, presidido por el Rey, a pesar de que la mayoría de los españoles, de los jueces, fiscales y magistrados le rechazan y le piden que dimita.
El acto va a ser el reflejo de lo que hoy es España: un país mal gobernado y con el poder en manos de personajes siniestros, sin honor, sin democracia y sin decencia ni grandeza.
Existe toda una rebelión judicial contra el Fiscal General a la que ni el procesado García Ortiz ni el gobierno hacen caso porque para ellos lo importante no es respetar las leyes ni la voluntad popular, sino el capricho y el deseo del dictador Sánchez y de su también imputada esposa..
La toga sucia de García Ortiz, detrás de la cual está la obstinación corrupta de Pedro Sánchez y de su gobierno, contaminará hoy al Rey, a la Justicia, a la política y a la misma España, un país enfermo de indignidad política y vicios antidemocráticos.
La democracia es limpieza, transparencia, dignidad y respeto a la Constitución, la libertad y la opinión de las mayorías.
Nada de eso existe hoy en la España de Sánchez, ya rechazada, repudiada y aislada en los grandes foros mundiales, sin prestigio ni solvencia, manchada de suciedad y desprestigio por la sucia naturaleza y el comportamiento corruto de su gobierno socialista y de sus aliados separatistas, comunistas y ex terroristas.
Feijóo, líder de la oposición y otros altos cargos han decidido boicotear el acto y serán muchos los españoles que hoy sientan vergüenza de ese conclave contaminado y sucio, reflejo evidente de la bajeza del poder.












Que verguenza, presentarse en cualquier foro, aunque sea privado, y ostentar la nacionalidad española. Ya no engrandecen los colores patrios.
Feijóo no se dejó contaminar. Los demás deberían haber hecho otro tanto. Pero tampoco tienen dignidad por permitir semejante escarnio esperpéntico. No se puede caer ya más bajo si no es para que nos metan en campos de fútbol por disidentes e infieles a los corruptos que siguen mandando sin pies ni cabeza en esta nación, como quisieron hacer cuando el ensayo del no-covid, la no-pandemia y el veneno de las no-vacunas. Hace tiempo deberían estar juzgados y castigados los culpables.