La tauromaquia recauda en taquilla más de 400 millones con sólo 65.000 euros en subvenciones
El cine español recibió en 2024 un total de 92 millones de euros en subvenciones, mientras que la recaudación total de taquilla fue de solo 65,6 millones, dejando un déficit de 26,4 millones. Mientras se mantiene a directores famosos, las producciones con impacto social limitado o nulo reciben prioridad frente a necesidades urgentes de los ciudadanos.
La tauromaquia es España: tradición rentable y socialmente comprometida
En contraste, la tauromaquia genera resultados tangibles: en 2024, las subvenciones estatales fueron mínimas, 65.000 euros, mientras los ingresos por entradas superaron los 400 millones de euros, de los cuales 40 millones se recaudaron en IVA.
Según la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET), la tauromaquia genera 54.000 empleos directos e indirectos y un impacto en el Producto Interior Bruto (PIB) superior a 4.000 millones de euros, demostrando que esta tradición es no solo cultural sino económicamente vital.
Los toreros también destacan por su compromiso social. Donaciones a hospitales infantiles, fundaciones de lucha contra enfermedades raras y programas educativos han sido recurrentes, demostrando que la tauromaquia no es solo arte, sino también solidaridad activa.
La asistencia a las plazas lo confirma: “No hay billetes” era lo habitual en Sevilla y Madrid, y cada vez más plazas históricas como Málaga y Bilbao registran llenos absolutos. Plazas pequeñas con llenos históricos y un seguimiento en televisión similar a una final de Champions. Los jóvenes lo tienen claro, como dice la copla “lo que vale es lo español”, y se acercan masivamente a la tauromaquia, atraídos por su belleza, historia, arte, honor, valor y pureza, demostrando que esta tradición sigue siendo relevante, querida e importante.
En un país donde el gasto público a menudo se pierde en burocracia y programas de dudosa eficacia, la tauromaquia brilla como un faro de cultura, unidad y rentabilidad. Los toros no solo emocionan; unen, representan nuestra identidad y generan riqueza, recordándonos la España que somos y queremos proteger.
La tauromaquia merece respeto, defensa y reconocimiento: es arte, cultura, empleo y solidaridad, todo en un solo espectáculo que sigue llevando el corazón de España a sus ciudadanos y al mundo.












