Esta izquierda profundamente enferma
Ramón Pérez-Maura. +- No es que yo crea que ninguna izquierda haya sido buena, pero sí creo que la alternancia política con una izquierda no radicalizada es buena para la sociedad. No me creo en posesión de la verdad, pero sí prefiero que nos gobiernen con las ideas y principios que yo tengo. Pero comprendo que otros también tienen derecho a ganar y llevar adelante sus programas. En eso consiste la democracia.
Digo todo esto porque me pasma ver la deriva en la que ha entrado la izquierda española y en particular el PSOE que es prácticamente el único partido socialdemócrata (sedicentemente socialdemócrata) que sigue en el poder en la Unión Europea. El PSOE consiguió movilizar a la izquierda española en julio de 2023 después del batacazo que se había dado el partido en las municipales y autonómicas de dos meses antes. ¿Cómo lo hizo? Sacando el espantajo de que venía la ultraderecha. Aquello, sorprendentemente funcionó.
Lo que para mí demuestra que este PSOE, su cuerpo electoral, está profundamente enfermo es que sus votantes tengan tanto rechazo a que Vox pueda participar en el Gobierno de la nación, pero no tengan ningún rechazo a que golpistas o terroristas sean soporte imprescindible del Gobierno. Vox puede gustar más o menos, pero es un partido perfectamente constitucional. Tanto que dice lo que quiere reformar de la Constitución en lugar de ir minándola como hace el PSOE en la actualidad.
El PSOE está haciendo concesiones a los enemigos de España. Llevo dos años diciendo que éste es el único país de Occidente en el que su Gobierno está sostenido por los que quieren la ruptura del país. Y ésta es una verdad difícilmente discutible. Partidos como Bildu, Junts o ERC e incluso el PNV a ratos quieren la separación de España de sus territorios. Y van sacando al Gobierno Sánchez todo lo que necesitan para poder llevar adelante su objetivo. Reformando el Código Penal, asumiendo competencias que no les corresponde y vejando con impunidad la figura del Rey.
Esa radicalización del PSOE le ha servido para mantener unas expectativas electorales por encima de los cien diputados. Porque en el movimiento que se está produciendo por el que todo el espectro político se mueve hacia la derecha, el PSOE ha captado buena parte del voto de Sumar y quizá de Podemos. Al fin y al cabo, ha robado su discurso. Pero el PSOE ha perdido voto por su derecha que se ha ido al PP y el PP ha perdido voto por su derecha que se ha ido a VOX. Cualquier comparación del Congreso actual con las proyecciones demoscópicas que tenemos nos indica esto.
Este giro del PSOE a la izquierda y su alejamiento de la socialdemocracia tradicional puede acabar con el PSOE convertido en un partido marginal como ha ocurrido con los partidos socialistas de Francia, Italia, Grecia y otros. La cuestión es quién se hará con la representación mayoritaria de la izquierda. Y por eso Podemos se mantiene en guardia, fuera de Sumar, que no es más que un partido creado en los despachos, no en la calle.












