Bilbao vuelve a ser Bilbao
Mundotoro.- En el momento más crucial de su historia taurina moderna, Bilbao ha vuelto a ser Bilbao. Cuando los nubarrones se cernían sobre Vista Alegre, con un contexto social difícil, una ciudad que vive su Aste Nagusia de espaldas a su propia historia, alejada de las Corridas Generales y sin presencia alguna de los festejos en los programas oficiales de la Semana Grande, la plaza de toros de Bilbao ha pegado un golpe en la mesa y ha resurgido sobre sí misma en la Semana Grande más importante de los últimos lustros; y no solo por cuanto ha ocurrido desde el punto de vista artístico, que en lo que nos ocupa, es lo de menos. O lo de más. Depende.
Bilbao ha vivido las Corridas Generales de más asistencia desde hace lustros y lo que es más importante: de más ambiente, caché e ilusión en los tendidos. Ese espacio de encuentro, de aficionados de toda Vizcaya y de otros puntos de la geografía española y francesa, ha sido Vista Alegre durante toda la semana.
El público, alejado los últimos años de Bilbao, ha reaparecido y esa es la mejor y más formidable noticia de la Semana Grande. ¿Es una recuperación en toda regla o un momento puntual?, el tiempo lo dirá. Pero contra datos no hay argumentos. La reducción de festejos o la no apertura de las galerías superiores durante tres corridas, ha generado un caldo de cultivo positivo, una tendencia a mayores y un interés del Bilbao social por la tauromaquia desde hacia años.
Los análisis de fondo tocará hacerlos a partir de ahora, pero se ha revertido la situación y los puntos verdes son un hecho contrastado. Qué sí. Que estamos muy lejos de los tiempos de esplendor de comienzos del siglo XXI, pero el punto de referencia debe ser el pasado inmediato y el punto de comparación también. La tauromaquia ha levantado una antorcha y un grito de libertad cultural. Su espacio en una ciudad de muchos espacios.
Lo ocurrido en el ruedo ha sido el complemento perfecto a unas Corridas Generales para la ilusión. La corrida de Victoriano del Río, el toro indultado de La Quinta, dos extraordinarios ejemplares de Dolores Aguirre, uno de Fuente Ymbro y otro de Garcigrande que fue canelita fina. Y en danza, un Diego Urdiales cumbre. Puerta Grande. La faena de más clase de toda la semana en una feria donde Borja Jiménez puso una guinda triunfal, haciendo historia.
El volcán Roca Rey, en ebullición infinita en Vista Alegre. Un Fernando Adrián mandón; Damián Castaño convertido ya en ‘Torero de Hierro’ en Bilbao o un Alejandro Talavante que cortó una de esas orejas de jugarse la vida a carta cabal. Y sin orejas, Pablo Aguado cuenta al final de la semana con una faena que fue pura caligrafía. Sabores caros del sevillano, en unas Corridas Generales que han vuelto a recuperar los elementos que hicieron grande a esta plaza. Bilbao vuelve a ser Bilbao.











