Barça y los árbitros: la relación más estable de España
Si hay una pareja indestructible en el fútbol español, no es Messi y el Camp Nou, ni Xavi y su obsesión con la posesión. No, la historia de amor más duradera es la del FC Barcelona con los árbitros. Una relación tóxica para el resto, pero estable y próspera para los de blaugrana.
Stamford Bridge: el atraco del siglo
El 2009 debería estar en los libros de criminología. Cuatro penaltis que vieron hasta los ciegos, pero no el árbitro. Y claro, Iniesta mete el golazo de su vida y lo venden como “épica”. A ver, sí, fue épico… como cuando un ladrón entra en tu casa y se lleva hasta la tele mientras tú aplaudes.
Penaltis en contra: especie en peligro de extinción
Los biólogos deberían hacer un documental de National Geographic: “El raro fenómeno del penalti en contra del Barça”. Años enteros sin que les piten uno. Pero ojo, que si alguien osa sugerir favoritismos, saltan con la estadística mágica: “tenemos la posesión el 70% del tiempo”. Claro, y el 30% restante deben estar rezando a San VARcísio.
El VAR, versión “Barça Assistance Replay”
El VAR llegó para acabar con las injusticias, y vaya si lo ha hecho: ahora las decisiones polémicas siempre acaban cayendo hacia el mismo lado. El Barça no necesita fichar delanteros cuando sabe que siempre tiene un comodín en la sala de revisión.
El relato victimista
Lo mejor de todo es que, pese a llevar años con viento arbitral de cola, el Barça se sigue vendiendo como víctima del “centralismo”, del “establishment” y de Florentino Pérez. Es como si Jeff Bezos se quejara de que Amazon paga demasiados impuestos. Una tragicomedia.
El Barcelona podrá presumir de tiki-taka, de cantera y de filosofía. Pero su mayor talento siempre ha sido otro: el arte de convertir cada error arbitral a su favor en “justicia poética”. Los culés lo llaman destino, los demás lo llamamos por su nombre: ayudas arbitrales.












