Fraguas.- Qué fácil es escribir un artículo, cuando éste nace de la conversación con un amigo.

Es maravillosamente tramposo autoproclamarse excelso cuando el esfuerzo no es requerido; pero es mejor aún ser excelso en poder cuando el control es temeroso y apocado.

Lo primero atiende a los ecologistas. Se diría que ser ecologista es fruto de grandes estudios naturales que le otorgan al portador una autoridad que viste pública a ojos de todos.

Lo segundo atiende al político que yendo de ecologista, le define mejor la frase altamente culta y filosófica que reza: “Pa’ chulo mi pirulo”

Me explico, amado lector:

Cada estío abre la oportunidad a la fiesta. Los pueblos se engalanan. El espíritu de los jóvenes se alinean a la filosofía de Baco y la alegría levita entre la costumbre y la incertidumbre de la jarana por venir. Son las fiestas de los pueblos.

Y la estrella de costumbre es “la cobetá” que se decía en el vecino pueblo de mi nación (nacimiento).

Mejor lo explica el alcalde de Escalona (Toledo) en el ABC del año pasado: “Los fuegos artificiales son el plato fuerte de la fiesta”.

¡Imagínate! El Río Alberche, de fondo el Castillo y un paraje natural de ensueño. Tiene todos los ingredientes para el deleite de la vista. Para afrontar el color y el sonido del estruendo y del fuego que estremece al hombre, a la encina, al algarrobo, al pino, a la coscoja y al lentisco. Con el permiso del pasto, siempre todo empieza por el pasto.

Cuando se queme hasta el tamo, cuando se llore carbón, cuando la pintura de Escalona se vuelva gris y negro; entonces, ya no será plato fuerte, será postre con moho y sin azucar.

Y es que viendo como caza la perrita, hay que tenerlos cuadrados pa’ semejante decisión.

Esto no habla bien de Escalona. Y es que dicen las malas lenguas escalonenses que el alcalde del PSOE, sólo desde este atrio privilegiado, uno puede ser ecologista y quemar el monte; pero si además llevas la medalla de haber sido Presidente de la diputación, te queda energía para apocar a los medrosos complacientes del PP.

El poder siempre se viste de ostentación, la ostentación es la sangre de la soberbia, la soberbia es energía para la ira y la ira es el perro que ladra y muerde a quien se atreva a pasar la verja de ese atrio.

Así ni oposición, ni autoridades, ni leyes, ni instituciones oficiales, ni ecologistas (Que todos sabemos que no existen) tienen arrojo para decirle a este señor que ese plato fuerte está prohibido.

Por lo tanto en la madrugada del sábado en Escalona, a la vera del río, troneras alcaldiles explotarán con notas casi musicales que sonarán como PA – CHU – LO – MI – PI – RU – LO.

Escalonenses, os deseo unos fuegos artificiales increíbles. Qué sean los mejores de todas las fiestas conocidas; pero que os quede un bosque como el que disfrutaba San Roque, donde el perro lo alimentaba y lamía sus heridas.

De qué manera se lame uno las heridas de un incendio después de transgredir la normativa, con permiso o sin permiso. No es vano saber que Escalona está enclavado en la Red Natura 2000. Quizá esto le mueva algo las tripas a la Guardia Civil o a CLM TV y se personen allá como inquisidores o como primeros espectadores. Qué todo es posible.

Que Escalona no cambie su paleta de colores y que viva siempre San Roque.