Salvemos el planeta matando al campo (o cómo la lechuga es facha)
Mundotoro.- Hay una brecha social silenciada. La brecha social y económica entre el mundo rural, el campo, y la España urbana. De tal forma que hay dos Españas, la urbanita fagocitando a la rural. Una brecha real y apocalíptica, más bárbara que la llamada brecha de género que tanta piedad urbana fábrica para con la brecha urbana. Hay una España con alrededor de 7 millones de hombres y mujeres que ocupa el 85% de nuestro territorio, la rural. Y otra, la urbanita, compuesta por 40 millones de habitantes que ocupan el 15% del territorio. Siete millones que no dan abasto para cuidar tanto terreno y dar de comer a los 40 millones de las ciudades. Las protestas del mundo del campo son el grito desesperado del 85 por ciento de la tierra de este país que camina hacia su desertización real a causa de la visión de un ecologismo patológico urbano, que dice querer salvar al planeta tierra matando al campo.
Hablemos alto y claro de la brecha real, social, económica y derechos en España. La renta media de las gentes del campo es de 500 euros anuales menos respecto a la renta de un habitante de una ciudad. Alrededor de 200 euros más que la brecha salarial o de renta por género en España. La población rural envejece o desaparece, con la tasa de fertilidad más baja de Europa, un 1,07%. Mientras el campo europeo trata de sostenerse con un vaciado o pérdida de población del 0,1% anual, en España la tasa de vaciado es del 0,8%. Madrid, Zaragoza y Valladolid acogen la migración de las diásporas de Cáceres, Zamora, Soria, Teruel, Ourense, León, Cuenca, Ávila… y tantas y tantas poblaciones de entre 50.000 y 1.000 habitantes.
La revista Forbes afirma que hay ya más de 3.000 pueblos deshabitados en España en la última década. Con sus pedazos de tierra seca, pasto de los incendios de cada año. Esta es la brecha real de este país llamado España. Con su cuota aparejada de pérdida de cohesión, pérdida de identidad, pérdida de cultura, pérdida de riqueza. No existe migración en España, sino huida de gentes de lo rural que no pueden vivir porque nadie trata de ayudarles a fijar la población. No pueden vivir donde nacieron sus padres, abuelos y tatarabuelos. Hay a diario miles y miles de hombres y mujeres en sus pateras imaginarias cruzando estrechos imaginarios hacia las ciudades. No les llega internet. Hay más veterinarios que médicos, no hay escuelas ni servicios. Una brecha inhumana y propia de un país bárbaro e inhumano.
Los españoles de la ciudad satanizan al campo y a sus gentes porque los políticos actuales en el poder, urbanitas sin piedad ni conocimientos, han focalizado a las gentes del campo de tal manera que todo es fascismo verde y el gris del asfalto, la ecología del siglo XXI. Ninguna ley, norma o medida se ha hecho desde la necesidad real de conservar al 85% de nuestro territorio a sus gentes. Desde la Ley de Bienestar Animal, redactada por un grupito de urbanitas que del campo saben que comienza por la letra “c”, hasta las medidas sobre caza, pesca, crianza, siembra, cosecha, cuotas de siembra, cuotas de pesca, usos de pesticidas, usos y manejos de pastoreo, han hecho que el campo español sea una pesadilla para el ser humano.
Estos urbanitas creen que el campo es el fin de semana en esa cabaña rural, con un interior copiado y pegado del hotel de la urbe. Un turismo rural de empresas urbanas. Un dinero, una vez más, desde el campo hacia la ciudad. Este país ha ya sentenciado al campo y a sus gentes, a sus tomates, sus lechugas, su pescado y su carne. Son fachas. Pero de esos fachas comen y beben, De esos fachas se agradecen las barrigas de las ciudades en sus restaurantes, supermercados y cestas de la compra, que se inflan en costes mientras al que los trabaja y produce le quedan las migajas. Subidas de salarios cuando en el campo la empresa es la tierra. Subidas de costes de producción, combustibles, impuestos, cuotas. Ya está solucionado el progresismo: salvemos al planeta matando al campo por facha. Somos un país de bárbaros. Y el progresismo urbano ecológico, auténticos terroristas medioambientales.












Hay mucha gente que desearía vivir en el campo. Las casas deshabitadas son amplias y alrededor exiten zonas verdes sin delimitar. La agricultura moderna permite el manejo de cultivos con mayor facilidad y eficacia que no hace muchas décadas cuando se dependía de animales, siempre difíciles de mantener. La realidad es que el ecologismo y el animalismo, comunistas ambos, lo ha prohibido. El comunismo y el ultraliberalismo tienen raiz satánica, odian al ser humano y quieren confinarlo, si fuera posible en alguna colmena parecida a la que puede verse en la película “MATRIX”. Todos drogados y sometidos a un poder… Leer más »
España necesita 25.millones de cabras en los montes, darle vida al campo como llegue otra pandemia dependeremos de Marruecos. Es broma.
Los amos de los políticos, porque ellos tienen amos debido a la enorme deuda que han generado, les han ordenado entre otras cosas acabar con el campo español y europeo . En su agenda globalista terrorista genocida está programada la escasez alimentaria para que seamos dependientes del estado. Ahí lo dejo, esta es una pequeña parte del control al que nos quieren someter.
Un dato preocupante y mucho. En los grandes pinares privados NO HAY INCENDIOS.